¿Moscú planea atacar los satélites de Musk?
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2025 | 02:09
Servicios de inteligencia occidentales sospechan que Rusia estaría desarrollando un nuevo tipo de arma antisatélite destinada a neutralizar la constelación Starlink del empresario Elon Musk, un sistema clave para las comunicaciones militares y civiles de Ucrania en la guerra. Según informes de inteligencia de dos países miembros de la OTAN, el proyecto -denominado “efecto zona”- buscaría liberar en órbita nubes de diminutos perdigones metálicos capaces de dañar o inutilizar múltiples satélites al mismo tiempo.
La estrategia apuntaría a saturar las órbitas bajas donde operan miles de satélites Starlink con cientos de miles de fragmentos de alta densidad, lo que podría provocar impactos contra paneles solares u otros componentes sensibles. Sin embargo, expertos advierten que un arma de ese tipo podría generar consecuencias catastróficas e incontrolables en el espacio, afectando no solo a sistemas occidentales, sino también a los satélites rusos y chinos que dependen de esas mismas órbitas para comunicaciones, defensa y navegación.
ALGUNAS DUDAS
Analistas en seguridad espacial expresan dudas sobre la viabilidad real del sistema. La especialista Victoria Samson, de la Fundación Secure World, consideró poco creíble que Moscú esté dispuesto a desplegar un arma tan indiscriminada, dado que podría bloquear su propio acceso al espacio. No obstante, el general canadiense Christopher Horner sostuvo que no es una posibilidad descartable, especialmente a la luz de acusaciones previas de Estados Unidos sobre el desarrollo ruso de armas espaciales de gran poder destructivo.
Los informes señalan que los perdigones serían tan pequeños -de apenas milímetros- que podrían evadir los sistemas actuales de detección, dificultando atribuir responsabilidades en caso de un ataque. Aun así, el daño progresivo a satélites haría evidente el origen de una ofensiva.
Starlink es considerado por Moscú una amenaza estratégica, ya que sus servicios han sido fundamentales para sostener las comunicaciones ucranianas en el frente.
Aunque no hay información confirmada sobre pruebas o plazos de despliegue, los analistas coinciden en que el simple desarrollo de esta tecnología podría funcionar como un elemento de disuasión. El posible caos orbital que generaría refuerza la idea de que se trata, más que de un arma operativa inmediata, de una herramienta para intimidar y presionar a los adversarios sin necesidad de usarla.
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