Apuestas en línea: a los 13 los chicos ya arrancan a apostar
Edición Impresa | 4 de Diciembre de 2025 | 01:05
“Antes, el tema dominante en sus charlas eran los videojuegos. Ahora, en los recreos, lo que comentan los chicos es quién ganó, quién perdió o qué plataforma paga más rápido”, resume una docente con casi dos décadas de experiencia en escuelas secundarias al sintetizar el clima actual.
Como observa ella y muchas de sus colegas, la edad de inicio en las apuestas online dejó de ser un tema marginal para tornarse una señal de alerta urgente: chicos y chicas empiezan a jugar desde los 13 años, muchas veces sin comprender del todo los riesgos económicos y emocionales que implica entrar en un ecosistema diseñado para retener, seducir y generar hábito.
A esa precocidad se suma un entorno digital hiperpresente, donde la publicidad, los algoritmos y la presión del grupo de pares hacen de las apuestas una práctica habitual
Así lo confirman los resultados de un estudio presentado por el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina en base a 11.421 encuestas a adolescentes de todo el país. La investigación no sólo dimensiona la magnitud del fenómeno, sino que apunta a desarrollar herramientas para que los adolescentes puedan entender cómo funciona un mercado que avanza con rapidez y escaso control.
Entre los hallazgos del estudio, la exposición masiva aparece como primer rasgo del problema: 6 de cada 10 adolescentes están vinculados al juego online, sea por participación directa o por contacto a través de amigos, hermanos o adultos cercanos.
El círculo social tiene un rol decisivo: la mayoría de quienes apuestan lo hizo por recomendación de pares, y aun quienes nunca jugaron conocen plataformas, modalidades y probabilidades porque la conversación se volvió cotidiana en las escuelas, los grupos de chat y las redes.
Como describe el estudio, la normalización es tan fuerte que muchos adolescentes ya no perciben el acto de apostar como una conducta riesgosa, sino como una competencia más, similar a un videojuego.
La investigación también señala consecuencias concretas sobre la salud mental: el 79% reconoce riesgo de adicción, 1 de cada 8 terminó endeudado y más de la mitad experimentó ansiedad, insomnio o impacto negativo en el rendimiento escolar.
DE ALTA VULNERABILIDAD
Aunque estos datos suelen entenderse como advertencias abstractas, se vuelven palpables cuando se cruzan con la edad de inicio: a los 13 o 14 años, la impulsividad, la búsqueda de aprobación y la falta de herramientas financieras potencian la vulnerabilidad.
Otro punto crítico es la brecha de género. Los varones apuestan tres veces más que las mujeres y lo hacen con mayor frecuencia: allí se combinan factores culturales, presiones de grupo y una mayor circulación de contenidos dirigidos específicamente al público masculino. Incluso en quienes no juegan, la exposición es altísima: hasta un 79% vio publicidad o contenidos relacionados con apuestas.
El ecosistema digital facilita todo. El 83% de quienes juegan utiliza billeteras virtuales, un dato que evidencia lo poco que importan las restricciones por edad cuando el acceso financiero depende de una aplicación. Además, el 43% ingresó a través de intermediarios —generalmente mayores— que les abrieron cuentas o les facilitaron métodos de pago.
A esto se suma la confusión generalizada sobre qué plataformas son legales: la mayoría no puede distinguir sitios habilitados de los que operan por fuera de la regulación.
CASI SIN CONTROL
La percepción de insuficiencia normativa es casi unánime: 8 de cada 10 adolescentes cree que las medidas para impedir el acceso de menores no funcionan. La consecuencia es un pedido claro: controles más estrictos, campañas de prevención y espacios educativos que expliquen cómo operan los algoritmos y dónde pedir ayuda.
“El uso de billeteras digitales y publicidad permanente son las principales puertas de ingreso a las apuestas online, sin distinguir plataformas legales a ilegales”
José Scioli
Director del Observatorio Humanitario de Cruz Roja
“Los datos muestran claramente el riesgo al que están expuestos chicos y chicas desde los 13 años. La publicidad permanente y las billeteras digitales son la puerta de entrada”, señala José Scioli, director del Observatorio, para quien el problema requiere una respuesta integral, que incluya regulación, educación y acompañamiento emocional.
Desde Cruz Roja ven que la problemática de las apuestas en línea crece más rápido que la capacidad de las familias y de las escuelas para comprenderla.
Es por eso que en base a los resultados del estudio la Cruz Roja Argentina comenzó a desarrollar recursos de contención. “Estamos impulsando talleres y espacios de prevención entre pares, que promueven la reflexión y el cuidado. También elaboramos materiales para familias y escuelas, porque creemos en redes de apoyo que realmente escuchen y acompañen”. ”, explica Luciana Marino, la coordinadora del área de Juventud.
“Los adolescentes no buscan ser imprudentes; buscan pertenecer -sostiene especialistas en ludopatía-. Cuando la apuesta aparece como un juego más, la prevención tiene que hablar su mismo lenguaje: intentar ayudarlos de igual a igual puede resultar más efectivo que cualquier gesto de autoridad”.
“No se trata de demonizar la tecnología, sino de entender que sin una estrategia común, los chicos quedan solos frente a un sistema pensado para capturarlos”.
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