Asaltaron a dos choferes de una aplicación de viajes

Dos robos violentos dirigidos a operarios de la aplicación de viajes y envíos DiDi tuvieron lugar ayer por la madrugada, en un lapso de menos de cinco horas. Ambos incidentes dejaron a las víctimas con más que pérdidas materiales: el temor y la impotencia de no poder trabajar de un modo seguro.

El primer caso ocurrió alrededor de las 02.30 de la mañana, cuando un agente del Servicio Penitenciario bonaerense, que manejaba su vehículo particular, un Peugeot 206 negro, aceptó una solicitud de viaje hacia las calles 528 y 156.

Al llegar al lugar, un hombre se subió al asiento del acompañante, mientras que otros dos hombres se acomodaron en los asientos traseros.

A pesar de que la aplicación ya había indicado el destino, los pasajeros insistieron que debían acudir a 17 y 530, en el barrio conocido como “La Favela”.

Mientras transitaban por la avenida 155, uno de los hombres en el asiento trasero sometió al conductor con un brazo, haciéndole sentir algo metálico en el cuello. “¡Quedate quieto, estás robado!”, le gritó, mientras le sustraían su teléfono celular y una suma de noventa mil pesos en efectivo.

Los delincuentes, luego, obligaron al conductor a detener la marchar de la unidad y tras despojarlo de sus llaves, abandonaron el vehículo y huyeron a pie por la avenida 155, dejando a la víctima en estado de shock.

Horas después, otro operario de la misma aplicación esta vez en una motocicleta marca Motomel, fue objeto de un asalto similar.

Cuando se dirigía a iniciar un viaje desde la intersección de la calle 155 y 526, un individuo se subió a la parte trasera de su moto y, con un arma de fuego colocada en su cuello, le exigió que se bajara del rodado. Sin dudar ni un instante, el joven descendió de la moto, permitiendo que el delincuente escapara en dirección a la calle 527.

Estos incidentes sumados al crimen de Luca Aguilar, el delivery asesinado en Moreno, ocurrido el pasado 30 de enero, generan una fuerte preocupación entre los trabajadores de aplicaciones de transporte que, al igual que el grueso de la población, asisten impotentes ante el aumento de la criminalidad.