Boca perdió en Perú y se jugará todo en la vuelta

En Perú, Boca perdió 1-0 con Alianza Lima por la ida de la fase 2 de la Libertadores y definirá su suerte el próximo martes en La Bombonera. El Xeneize fue una sombra y cayó sin atenuantes, por el tanto de Pablo Cepellini.

Fue una noche negra para el equipo dirigido por Fernando Gago, que no hizo pie ante un equipo inferior en la previa. Sin embargo, el elenco peruano lo superó en todas las líneas y hasta le hizo precio en el resultado.

El partido no arrancó bien para Boca, ya que fue superado ampliamente en el primer tiempo por Alianza Lima. El Xeneize salió dormido y con ganas y guapeza, el elenco peruano lo superó. Más allá de algunas limitaciones, salió a jugar como se tienen que jugar los partidos de Copa Libertadores.

Al minuto, Castillo envió un remate de media distancia que Marchesín mandó al córner. Y a los 4 minutos, logró abrir el marcador: luego de una buena atajada del arquero Xeneize a Noriega y una posterior salvada en la línea, Cepellini aprovechó la siesta de la defensa de Boca y convirtió el tanto con un buen derechazo.

Alianza siguió dominando el juego, ante un Boca que no encontró juego, se mostró partido y con transiciones lentas. Generó una chance, en una jugada aislada: tras una buena combinación con Merentiel, Alarcón remató potente pero el arquero Viscarra envió la pelota al córner. Ese fue el único remate de Boca, que después sufrió en cada ataque del elenco local.

No sólo sufrió por virtudes de Alianza Lima, sino por imprecisiones en la salida y problemas posicionales en el campo de juego. El mediocampo del Xeneize fue intrascendente y dejó espacios que el local no supo aprovechar.

Boca se amparó en Marchesín, que salvó varias chances claras. En una misma jugada, el local se perdió el segundo: luego de un buen desborde de Castillo, el arquero le atajó dos remates a Barco. En primera instancia, el delantero tiró medio mordido y en el rebote, le pifió al arco por mérito de Marchesín, que lo anticipó bien.

Las individualidades no aparecieron en Boca durante el primer tiempo, ya que se vio superado por un equipo con menor jerarquía, pero que supo cómo jugar el partido. Y que le perdonó la vida varias veces.

También las polémicas se hicieron presentes en la primera parte, donde Alianza Lima reclamó un supuesto penal sobre Castillo y Boca se quejó de una fuerte patada sobre Palacios y un codazo a Barinaga.

En el complemento, Boca se posicionó mejor, teniendo un poco más de peso en el mediocampo. Carlos Palacios generó una buena jugada individual y se perdió el empate: tras encarar de buena manera, envió un remate a colocar por encima del travesaño.

Sin embargo, Alianza Lima se acomodó después del cuarto de hora y empezó a ganar los duelos en el mediocampo. Boca volvió a tener imprecisiones y en un mala salida de Di Lollo, que generó una buena jugada colectiva, Marchesín le sacó un buen tiro a Canales y mandó la pelota al córner.

Alianza Lima lastimó por las bandas y tuvo más actitud, para correr cada pelota que estuvo en juego. Boca buscó el resultado a través de alguna individualidad, ya que el funcionamiento no lo encontró.

Por momentos, el Xeneize se mostró impotente y no le encontró la vuelta a un partido, donde Alianza Lima fue puro corazón y, por momentos, buen fútbol.

A Boca se le hizo cuesta arriba el partido y no le encontró la vuelta, pese a los cambios

Sin embargo, el elenco peruano no terminó bien las jugadas y eso fue lo que mantuvo en partido a Boca, que otra vez no tuvo la mejor versión de Velasco y que buscó desequilibrar con Zeballos.

El Changuito fue uno de los pocos que intentó algo diferente y provocó una de las pocas chances que tuvo Boca: le dio un buen pase a Giménez, que remató débil a las manos del arquero.

Más allá de los cambios de Gago, con los ingresos de Janson y Zenón, Boca no cambió. Y se terminó conformando con el resultado en contra por la mínima, en una noche oscura. El próximo martes, jugará la revancha en La Bombonera a partir de las 21:30, donde sabe que no puede fallar. Sin dudas, será un partido caliente y en el que el equipo se jugará el semestre, para evitar lo que puede ser un papelón histórico.