Entre EE UU y el Congreso
Edición Impresa | 13 de Marzo de 2025 | 01:07

Rosendo Fraga
info@fiel.org.ar
En su último viaje a los Estados Unidos Javier Milei vio ratificado el apoyo recibido de Elon Musk y Donald Trump. La relación con Estados Unidos sigue siendo la clave de la política exterior argentina. Ello se puso en evidencia en el cambio de postura en Naciones Unidas respecto al conflicto ucraniano. Hasta ahora, el presidente argentino venía teniendo una posición de respaldo sin límites al presidente Zelenski, como lo hacía Estados Unidos. Pero el cambio tiene algunos matices: antes Argentina votaba siempre con Estados Unidos, pero ahora en cambio optó por la abstención, mientras que Washington, junto con otros dieciocho países -incluido Israel-, se definió por un acuerdo con Rusia. Los países que votaron como Argentina -es decir neutrales- fueron sesenta y cinco.
El próximo viaje de Milei al exterior será a Israel y tendrá lugar el próximo 23 de marzo. Marcará el alineamiento de Argentina con este país, y Estados Unidos cuyas guerras comerciales desatadas por la suba de aranceles de Trump generan un efecto ambivalente. Por un lado, alcanzan a sectores como el agro, que tienen en el mercado estadounidense a un cliente importante; por el otro, la administración republicana ha manifestado que estaría dispuesta a llegar a un acuerdo de libre comercio con Argentina. Se trata de un objetivo prioritario para Milei. Pero este camino implicará probablemente romper el Mercosur y un mayor deterioro de la relación con Brasil.
conflictos políticos
El discurso de Milei en la apertura de sesiones del Congreso ratificó la polarización existente en la política argentina. Las ausencias fueron la primera definición. Tanto en Diputados como en el Senado estuvieron presentes aproximadamente la mitad de los legisladores. Pero fue en los gobernadores donde la ausencia se hizo más significativa, ya que estuvieron presentes sólo seis de los veinticuatro.
Esto anticipa que las negociaciones en la Cámara alta no serán fáciles. Los incidentes que tuvieron lugar dentro del Congreso confirmaron el estado de polarización política. Pequeños hechos han adquirido gran trascendencia. Tal fue el altercado entre el diputado Facundo Manes -del bloque radical disidente- y el asesor presidencial Santiago Caputo. Mientras el periodismo en su mayoría apoyó a Manes, el equipo de Caputo se despegó, poniendo negro sobre blanco quiénes son las personas de su equipo que actúan tanto en redes sociales como en política.
El otro conflicto político que se hizo evidente fue el que existe entre el presidente y la vicepresidente. Milei se encargó de marcar la frialdad con ella y la distancia, eludiendo hasta gestos mínimos de cordialidad. Esta mala relación no se cierra y puede traer problemas en el manejo del Senado en el futuro. Mientras, el manejo conjunto que del Congreso hizo el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, no fue el esperado por el “mileísmo”, que pretendía menos conflictos y una sesión de apertura de las ordinarias más pacífico.
La designación de miembros de la Suprema Corte por decreto ha sido otro conflicto político de magnitud. El presidente tenía hasta el 28 de febrero, día en el cual vencían las sesiones extraordinarias del Congreso, para designarlos por decreto. Lo hizo y emitió los respectivos DNU para nombrar a Manuel García Mansilla y el cuestionado Ariel Lijo. Este juez pretende ocupar la vacante de la Corte por un año, sin renunciar al cargo en la justicia federal.
La situación política es paradojal. Los legisladores de La Libertad Avanza empujan y presionan para que Lijo obtenga el acuerdo del Senado, que requiere dos tercios de los presentes en la Cámara. Por su parte, la oposición, encabezada por el kirchnerismo, se opone a la designación, aunque se trate de un juez que lleva décadas actuando en la justicia federal, por lo cual podría decirse que es próximo a la “casta política”.
Con un tercio se evita la nominación, con lo cual, con veinticinco legisladores alcanza. No es un número demasiado difícil de obtener para el bloque de Unión por la Patria y sus aliados. Cabe señalar que el 46% de los cargos en la Justicia (camaristas, jueces y fiscales) se encuentran sin cubrir y esa es una oportunidad para el actual oficialismo.
adelantos electorales
Mientras tanto, el proceso político electoral avanza, aunque se hayan suspendido las PASO. Por un lado, se encuentran los comicios locales con fechas adelantadas. Tal es el caso de los que tendrán lugar en abril en Santa Fe y en mayo en Ciudad de Buenos Aires. En el primer caso se realiza la elección de constituyentes para reformar la Constitución provincial. El gobernador radical Maximiliano Pullaro corre con ventaja. El grueso del radicalismo lo acompaña y el peronismo se encuentra dividido.
Algo similar ocurre con el socialismo, fuerza importante en esta provincia. El votante de centroderecha se encuentra también muy dividido entre La Libertad Avanza, el PRO y el partido de Amalia Granata.
No parece una elección fácil para el gobierno nacional. En cuanto a la elección porteña, el cierre de listas es el 29 de marzo, es decir, faltan pocos días. En principio, el electorado parece dividido en tres fuerzas: el PRO, que gobierna el distrito desde hace diecisiete años; La Libertad Avanza, que está en el gobierno nacional; y una coalición de peronistas K y sectores del radicalismo que representan la oposición, tanto a nivel local como en el nacional. Nohay demasiadas diferencias a favor de uno u otro en las encuestas que se han difundido.
También en los próximos meses se realizan elecciones provinciales adelantadas en diversos distritos, como la de legisladores en Santa Fe y las de Salta, Misiones y Catamarca donde gobierna el peronismo, que ha tomado distancia de Cristina Kirchner.
Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría
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