Algunas claves de la obsesión de Trump por Groenlandia

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“Necesitamos Groenlandia para la seguridad internacional. La necesitamos. Tenemos que tenerla”, afirmó ayer el mandatario de EE UU, Donald Trump, antes de una polémica visita de su vicepresidente JD Vance a la isla autónoma de Dinamarca. Lo dijo después de que Washington redujera la agenda de la visita y centrarla en una base militar estadounidense, medida aplaudida por Dinamarca. Trump no descarta usar la presión económica o militar para quedarse con Groenlandia. El territorio forma parte geográficamente de Norteamérica, pero políticamente de Europa. La insistencia de Trump se vincula a la llamada Doctrina Monroe que se remonta al siglo XIX, indican expertos: EE UU no dejará que ninguna potencia hostil (como China o Rusia) se asiente en el continente americano (es decir, tenga instalaciones en Groenlandia). Asimismo, los recursos de Groenlandia -petróleo, gas y tierras raras- son necesarios para fabricar autos eléctricos y turbinas eólicas, entre otras cosas.

 

 

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