Jubilados en la mira: la saga de robos feroces sumó otro terrible caso en La Plata

El pasado lunes, alrededor de las ocho de la noche, la tranquilidad de un hogar ubicado en la calle 18 entre 502 y 503 se vio brutalmente interrumpida cuando el dueño de casa, un jubilado de 84 años que se encontraba disfrutando de una velada frente al televisor, se convirtió en la última víctima de la creciente ola de delincuencia que azota a la Zona Norte y que, según los últimos casos registrados, parece haberse ensañado especialmente con los adultos mayores.

La escena fue digna de una película de terror. Cuatro hombres, con rostros cubiertos y una actitud amenazante, irrumpieron en su vivienda.

Sin piedad, inmovilizaron al abuelo atándolo con una soga, dejándolo sentado en un sillón del living, mientras uno de los delincuentes se quedaba a su lado, en posición vigilante.

La pesadilla duró aproximadamente una hora. El tiempo que tardaron los asaltantes en saquear el hogar del jubilado fue una eternidad para él, quien, aterrorizado, observaba cómo su mundo se desmoronaba ante sus ojos.

Al finalizar su infame tarea, los delincuentes abandonaron el lugar, dejando al anciano solo y desolado.

A primera vista, se detectó un faltante de 500 mil pesos y 15 mil euros, una suma considerable que refleja la falta total de humanidad con la que operan estos grupos delictivos, los cuales, sin ningún tipo de remordimiento ni respeto, se quedan con el esfuerzo y el sacrificio ajeno.

En estos momentos, las autoridades están llevando a cabo un exhaustivo análisis de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la zona.

Cada detalle cuenta, y los investigadores esperan que este análisis permita identificar a alguno de los sujetos y, a partir de allí, rastrear al resto de la banda.

Este caso remite de forma ineludible al brutal robo que sufrió un matrimonio de jubilados a los cuales los hicieron vivir horas de angustia y terror.

Tal como informó este diario en su edición de ayer, ese hecho tuvo lugar en 31 y 530 el domingo pasado, es decir, tan sólo 24 horas antes del episodio que sufrió el jubilado de 84 años.

En ese hecho las víctimas también fueron reducidas y atadas.

La amarga experiencia que le tocó vivir a este hombres dejó expuesto que la denominada Zona Norte continúa sin respiro en materia de inseguridad y demostró nuevamente que por más recaudos que se tomen y reclamos que se hagan, la delincuencia se encuentra enquistada en este sector de la Ciudad.

Es sabido que los jubilados son el blanco predilecto de los delincuentes. Aprovechándose de las limitaciones físicas y las dolencias que suelen tener, arremeten sin piedad contra los adultos mayores utilizando estas debilidades en su favor para imponer su voluntad y someterlos.

Sin embargo, en esta zona de la Ciudad la realidad no solo afecta a los jubilados. También son blancos del delito los comerciantes y transeúntes con asaltos callejeros cometidos por motochorros sin distinción de edad ni de sexo.