Poderosos y humildes despidieron al denominado “Papa del pueblo”

Jefes de Estado, líderes mundiales y monarcas, así como inmigrantes, presos y personas sin hogar le dieron el último adiós

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Dirigentes mundiales y fieles despidieron a Francisco en un funeral que destacó su inclinación “por los más humildes” y reflejó sus deseos como pastor. Aunque presidentes y príncipes asistieron a la misa en la Plaza de San Pedro, reclusos y migrantes lo recibieron en la basílica al otro lado de la ciudad.

Mientras repicaban las campanas, los portadores del féretro llevaron el ataúd ante varias docenas de inmigrantes, presos y personas sin hogar que sostenían rosas blancas fuera de la basílica. Una vez dentro, los portadores del féretro se detuvieron ante el icono de la Virgen María por el que la iglesia es famosa y que Francisco veneraba profundamente. Cuatro niños depositaron las rosas a los pies del altar antes de que comenzara la ceremonia fúnebre.

Emmanuel y Brigitte Macron / AFP

“Siento mucho que lo hayamos perdido”, dijo Mohammed Abdallah, un migrante sudanés de 35 años que fue una de las personas que recibió a Francisco en su última morada. “Francisco ayudó a tanta gente, a refugiados como nosotros, y a muchas otras personas en el mundo”.

Previamente, el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años y decano del Colegio Cardenalicio, pronunció una homilía extensa, animada y muy personal. Describió al jesuita argentino como el “Papa del pueblo”, un pastor que sabía comunicarse con “los más pequeños” con un estilo informal y espontáneo.

El príncipe Guillermo / AP

“Fue un Papa del pueblo, con un corazón abierto hacia todos”, dijo Re. Fue aplaudido por la multitud cuando recordó la constante preocupación del pontífice por los migrantes, incluyendo la misa que ofició en la frontera entre Estados Unidos y México y su viaje a un campo de refugiados en Lesbos, Grecia, de donde sacó a 12 migrantes y los llevó a casa con él.

“El hilo conductor de su misión fue también la convicción de que la Iglesia es un hogar para todos, un hogar con sus puertas siempre abiertas”, agregó Re y señaló que con sus viajes, incluyendo su última gran gira por Asia el año pasado, llegó a “los más periféricos de las periferias del mundo”.

Keir Starmer y su esposa / AP

MANDATARIOS Y MONARCAS

A pesar de la atención que Francisco dedicó a los desamparados, los poderosos estuvieron presentes en su funeral. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el expresidente Joe Biden; el de Ucrania, Volodimir Zelenski; el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, se unieron al príncipe Guillermo de Inglaterra y a otros miembros de la realeza europea que encabezan más de 160 delegaciones oficiales.

El presidente de Argentina, Javier Milei, tuvo un lugar destacado dada la nacionalidad del Papa, aunque no se llevaban especialmente bien y el pontífice se ganó también la antipatía de muchos en su país al no haber regresado desde que asumió el cargo.

Felipe VI y Letizia, reyes de España / AP

En un acontecimiento extraordinario, Trump y Zelenski se reunieron en privado antes del inicio del funeral. Una foto mostraba a los dos líderes sentados solos, frente a frente, en dos sillas en el interior de la Basílica de San Pedro, donde Francisco predicaba a menudo sobre la necesidad de alcanzar un final pacífico para la guerra de Rusia en Ucrania.

Francisco había coreografiado el funeral él mismo cuando revisó y simplificó los ritos y rituales del Vaticano el año pasado. Su objetivo era enfatizar el papel del Papa como un simple sacerdote y no como “un hombre poderoso de este mundo”.

Matilde y Felipe, los reyes de Bélgica / AP

Fue un reflejo de su proyecto de 12 años para reformar radicalmente el papado, hacer hincapié en el papel de los sacerdotes como servidores y construir “una Iglesia pobre para los pobres”.

 

Papa Francisco

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