“Sensación de orfandad”, el impacto del adiós al Papa

La muerte del papa Francisco sacudió al mundo entero y dejó una sensación difícil de describir. Así lo expresó ayer el padre José Manuel Fernández, doctor en Teología y Derecho Canónico, quien reflexionó sobre el impacto que causó la partida de Jorge Mario Bergoglio en una entrevista por Radio Rivadavia. “La muerte del Papa revitalizó su legado, su figura de pastor de unidad, y deja una sensación de orfandad. Más allá de la cercanía personal que cada uno haya tenido con él, la sensación generalizada era esa, de orfandad”, resumió Fernández.

Para el sacerdote, el desafío ahora será recoger ese mensaje y no dejarlo caer en el olvido. “Tenemos una cabeza que es la figura de unidad, pero también el desafío de seguir su mensaje hacia adelante”, dijo, en un llamado a mirar más allá del dolor y abrazar el compromiso que Francisco predicó sin descanso, sobre todo en su incansable esfuerzo por la paz mundial. “Hasta el último día promovió el fin de las guerras. No solo de la guerra de Ucrania, sino de las decenas de conflictos en el mundo”, recordó Fernández, y no dudó en señalar como un “último milagro de Francisco” el inesperado encuentro entre Donald Trump y líderes europeos, que se dio en las últimas horas: un gesto de diálogo entre figuras que hasta hace poco parecían irreconciliables.

La posibilidad de una canonización inmediata, que para muchos parece lógica dada la estatura moral y espiritual de Francisco, fue matizada por Fernández, quien aclaró que “el proceso de santificación en la Iglesia exige requisitos muy estrictos. Primero debe comprobarse la existencia de milagros atribuidos a su intercesión y pasar por un proceso que suele ser largo”. La admiración popular, aunque intensa, deberá ahora esperar el lento andar de los tiempos vaticanos.

Más allá de la imagen cercana y entrañable que dejó, el padre Fernández destacó otra dimensión menos visible pero fundamental del pontificado de Francisco: la modernización de la estructura administrativa de la Iglesia. “Francisco quiso mostrar una Iglesia cercana a la gente, que no ponga obstáculos”, concluyó.