Decepción total: endeblez defensiva y el declive que se acentuó

Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Fue un golpe a la ilusión. Enorme y preocupante. Sin poder despegarse del bajón donde está atrapado desde hace varias semanas, Estudiantes quedó lejos del nivel que pretendía mostrar y se fue a dormir aturdido por interrogantes nada agradables.

Preso de un nerviosismo engendrado en sus crecientes inseguridades, especialmente defensivas, el equipo de Eduardo Domínguez no hizo lo que sus hinchas deseaban y esperaban con marcado optimismo.

Empezó ganando muy temprano y lo que parecía tener la silueta de un sueño hermoso, se convirtió rápidamente en pesadilla. En la explicación de una noche fatal para el León se torna obligatorio elogiar el funcionamiento serio, sólido y efectivo del oponente chileno.

Universidad desplegó argumentos destacados en cada una de sus líneas. Lo ocurrido anoche fue producto de las carencias albirrojas y de los aciertos del justo ganador.

No fue gratuito el combo de errores en la última línea. Sólo Santiago Núñez zafó de gruesos reproches.

El nivel de Funes Mori amerita preguntarse si, de acuerdo a lo que ha venido mostrando, es justo que se haya convertido en el segundo zaguero titular. Ampuloso en las faltas que cometió, quedó en evidencia su constante inseguridad.

Del golazo de PIovi a la notable eficacia del equipo de álvarez

Ni tibios ni torpes, los chilenos sorprendieron con un nivel de rendimiento destacado.

El regreso de Sosa a la titularidad causó algo de sorpresa. Su aporte dejó algunos pases muy precisos

La “U” recibió la gran definición de Piovi como un mazazo, pero no se apartó de lo que había preparado y lo llevó a cabo de la mejor manera. No hubo rendimientos bajos en el equipo dirigido por el argentino Gustavo Álvarez. Su regreso a Santiago de Chile será escuchando merecidas felicitaciones por haber jugado con idoneidad técnica y firme personalidad para no permitir que el anfitrión se lo llevara por delante.

Domínguez decidió no hacer cambios en el entretiempo, lo cual significó un voto de confianza para los que había elegido como titulares y, en especial, para José Sosa, que sorprendió a muchos con su vuelta.

El primer cambio fue el ingreso de Farías por el experimentado creativo, pero eso también delata que el recambio de un plantel armado con muchas pretensiones de protagonismo no está otorgando las certezas buscadas.

Si el DT confesó que deben reencontrar el rumbo, es porque sabe que lo han perdido.

Algo está muy claro: En lugar de haber crecido por el impulso de los caros refuerzos, su prestación se estancó peligrosamente.

Justo unos días antes del clásico, la situación se ha complicado más de lo que se podía imaginar.

En la noche esperada, cuando necesitaba volver a lucir convincente, dejó una imagen pobre e impotente.

Acumular apellidos ilustres no es garantía de éxito. La clasificación NO está perdida, pero debe mejorar en forma urgente.