Adiós a Brian Wilson: el genio que voló demasiado cerca del Sol

Cambió para siempre la música pop, con esa catedral musical llamada “Pet Sounds” que hasta Los Beatles envidiaron. Pero sufrió mucho en vida, entre disputas y problemas de salud mental, y se aprovecharon de él. Murió a los 82 años

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Sin BrianWilson, quién sabe cuál sería el paisaje de la música hoy: genio indudable, hacedor de mil hits veraniegos pero también autor de uno de los discos más influyentes de la historia de la música pop, Wilson, que murió ayer a los 82 años tras luchas contra la leucemia y tras varias décadas atravesando problemas de salud mental, sufrió la presión de la fama y de la obsesión y se retiró temprano de la música. 

Entonces, sin él quién sabe qué hubiera sido del pop, pero también quién saber qué hubiera sido de la música si su genio hubiera seguido creando. No pudo ser: “Smile” fue su última obra, inconclusa, atravesada por sus tormentos pero una evolución sobre “Pet Sounds”, el disco que con precarias herramientas tecnológicas conseguía crear una atmósfera de sonido que puso celosos a los mismísimos Beatles.

Wilson, visionario pero frágil, pasó sus últimos años bajo tutela judicial para supervisar sus asuntos personales y médicos, y sus representantes de toda la vida, la publicista Jean Sievers y la mánager LeeAnn Hard, estuvieron a cargo. Pero ya había pasado buena parte de su vida bajo una especie de tutela disfrazada: en la década del 80 su terapeuta, el Dr. Eugene Landy, pasó a controlar casi toda su vida, y desde su entorno deslizaban que incluso mantenía a Wilson bajo control con drogas. El agresivo tratamiento trajo consecuencias neurológicas para Brian el resto de su vida. Sin embargo, en los 90 pudo deshacerse del control del médico e incluso volvió a los escenarios.

SURF, SOL Y LÍOS

Fue uno de los tantos escándalos de la familia Wilson y los Beach Boys, su banda, que durante años mantuvieron todo tipo de disputas internas muy lejos de la imagen soleada que sostuvieron en la década del 60: Brian fue el mayor y último sobreviviente de tres hermanos músicos —Brian tocaba el bajo, Carl la guitarra principal y Dennis la batería— que fundaron los Beach Boys junto a Mike Love y Al Jardine y se convirtieron en embajadores del surf en la escena musical. 

La música de los Beach Boys era como una fiesta interminable, con Wilson como anfitrión y tímido observador. Era un hombre alto y retraído, parcialmente sordo (supuestamente debido a las palizas de su padre, Murry Wilson), con una dulce y torcida sonrisa, y rara vez tocaba una tabla de surf a menos que hubiera un fotógrafo cerca. Pero a partir del estilo de vida que observó y de influencias musicales como Chuck Berry y los Four Freshmen, conjuró un paisaje sonoro dorado: dulces melodías, armonías brillantes, viñetas de playas, autos y chicas, que resonaron a través del tiempo y de los climas.

El inocente atractivo de la banda sobrevivió a la historia cada vez más problemática del grupo, ya fueran los numerosos desafíos personales de Brian, las disputas y demandas entre los miembros de la banda o el alcoholismo de Dennis Wilson, quien se ahogó en 1983. La ambición de Brian Wilson elevó a los Beach Boys más allá de los placeres de sus primeros éxitos y hacia un mundo trascendente, excéntrico y destructivo. Parecían vivir cada fantasía, y muchas de las pesadillas, del mito californiano que ayudaron a crear.

Su música también reflejaba diferencias privadas. Wilson a menudo contrastaba su propio falsete brillante con el tenor nasal y seco de Love. El extrovertido Love estaba al frente en las canciones rápidas, pero cuando era el momento de una lenta, Brian tomaba el control. “The Warmth of the Sun” era una canción de desesperación y consuelo que Wilson dijo haber escrito —generando cierto escepticismo— la mañana después de que el presidente John F. Kennedy fuera asesinado. “Don’t Worry Baby”, una balada igualmente embriagadora y desgarradora, era la confesión de duda y dependencia, una señal temprana de las ansiedades paralizantes de Brian.

El estrés y el agotamiento le produjeron un colapso en 1964 y le hicieron retirarse de las giras. Su lugar pronto fue ocupado por Bruce Johnston, quien permaneció con el grupo durante décadas. Wilson era un admirador de las producciones “Wall of Sound” de Phil Spector y lo emuló en las pistas de los Beach Boys, añadiendo cascabeles a “Dance, Dance, Dance” o arreglando un miniparque temático de guitarra, trompetas, percusión y órgano como la obertura de “California Girls”.

Aún así, los Beach Boys se encuentran entre los grupos más populares de la era del rock, con más de 30 sencillos en el Top 40 y ventas mundiales de más de 100 millones. Y sus pares adoraban a Wilson más allá de la envidia, desde Elton John y Bruce Springsteen hasta Smokey Robinson y Carole King. El baterista de The Who, Keith Moon, fantaseaba con unirse a los Beach Boys. Paul McCartney citó “Pet Sounds” como una inspiración directa en los Beatles y la balada “God Only Knows” como una de sus canciones favoritas, que a menudo lo hacía llorar.

Beach Boys

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