El republicano podría deshacerse de su auto Tesla

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Durante semanas, fue una postal de poder, complicidad y mutua admiración: un flamante Tesla rojo estacionado en los jardines de la Casa Blanca, con Donald Trump al volante y Elon Musk en el asiento del copiloto. La imagen, tomada en marzo, fue un guiño... Pero ahora, el mismo vehículo se ha transformado en algo incómodo. Es que ayer, un funcionario de la Casa Blanca confirmó a la agencia AFP que Trump está considerando deshacerse del auto que compró en señal de respaldo a Musk, cuando Tesla atravesaba uno de sus momentos más críticos en Wall Street y sus vehículos eran vandalizados en protestas contra las decisiones corporativas del empresario. “Se lo está pensando, sí”, dijo el funcionario ante la pregunta sobre si el presidente venderá o regalará el auto. En otro momento, Trump había convertido la Casa Blanca en una especie de showroom para la marca de Musk. Incluso su portavoz, Karoline Leavitt, y su asesora de comunicación, Margo Martin, posaron recientemente sobre el vehículo con sonrisas de campaña y una publicación en la red social X —la plataforma de Musk— que celebraba: “Sacando a pasear el Tesla del presidente Trump”.

 

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