Meritorio y fundamental alivio construído en base a esfuerzo y sana ambición

Suso como líder positivo fue el mejor, pero Panaro y el pibe Merlo dejaron huella. La hinchada valoró con una ovación el esfuerzo general

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Gimnasia sintió felicidad, orgullo por lo hecho y, también, una necesaria brisa de alivio luego de haber sido justo ganador frente a un Diablo que prácticamente no lo asustó.

Sólo los hinchas albiazules puede dimensionar con exactitud emocional lo que significó esta victoria. Después de varios meses sin alegrías y sintiendo que el optimismo adelgazaba peligrosamente, ayer observaron a un Lobo mejorado en varios aspectos. Defendió y atacó con argumentos convincentes.

Adosarle tres puntos al que había sumado en el Nuevo Gasómetro le permite sentirse más fuerte en todo sentido. Y el mérito trepa porque no ganó gracias a una ayuda de la buena suerte. Se impuso con claridad ante quien no tuvo claridad como para hacerle daño.

HABER EMPEZADO BIEN FUE CLAVE EN EL DESARROLLO DE LA PULSEADA

En el primer tiempo, el equipo de Orfila mereció irse al descanso ganando por una diferencia mayor, pero el palo derecho y Rodrigo Rey lo evitaron.

La primera satisfacción de latarde brotó cuando terminó la etapa inicial. Los hinchas aplaudieron con ganas a un equipo que los representó bastante mejor de lo que lo venía haciendo.

Ayer se cumplió el añejo deseo de los que nunca le fallan al equipo de “cortar con tanta mediocridad”. Esta vez Gimnasia estuvo a la altura de lo que le demandaba la ocasión. No enfrentó, con el respeto que merecen, a Sarmiento, Aldosivi ni a San Martín de San Juan. El que llegó al Bosque fue Independiente, que rindió muy mal, pero que tiene hombres de jerarquía como para haber entregado otro tipo de producción.

 

Hacía mucho que el Lobo no jugaba tan bien como lo hizo en el primer tiempo y eso entusiasmó

 

Gastón Suso fue figura por el gol y por ser el caudillo de la defensa, pero el triunfo empuja hacia arriba a Giampaoli, Garayalde, Seoane, “Chelo” Torres y también a Briasco, que se quedó con las ganas de gritar su gol. Ellos deben intensificar la senda que han empezado a transitar.

Sería un grave error confundirse. El Lobo no se convirtió súbitamente en una formación maravillosa. Asomó la cabeza al escalón de juego que necesitaba en forma imperiosa.

PANARO Y MERLO APROVECHARON PARA ACUMULAR MÁS MÉRITOS

Los que se ayudaron a sí mismos fueron Manuel Panaro (siempre serio y aplicado en el desgaste de energías) y Jeremías Merlo, que salió golpeado pero disfrutando genuinos aplausos que calificaron su apreciable cuota de desequilibrio.

Mientras espera los regresos de Hurtado, Franco Torres, Merlini y Piedrahita, tiene en esos pibes frescura y apetito de éxito. No es poco en los tiempos que corren.

Con la reciente llegada de Lomónaco (desde el fútbol griego) Alejandro Orfila tendrá un plantel muy extenso y hasta le sobrarán opciones. El desafío mayor será encontrar un equipo base (de mitad de cancha hacia atrás ya lo tiene) que lo vaya alejando del foco de peligro.

La tercera fecha del Clausura le sirvió para el despegue y para constatar que en el fútbol argentino el orden y la entrega máxima suelen gestionar sabrosas satisfacciones.

Con un sistema táctico que no contempló la presencia de un enganche, intensidad plena y varias combinaciones tan básicas como pasarle el balón al compañero mejor ubicado, volvió a sembrar la esperada ilusión.

Gimnasia

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