Mundial 1930: una final marcada por sospechas y amenazas
Edición Impresa | 30 de Julio de 2025 | 01:56

Por ADRIAN D'AMELIO
Se cumplen 95 años de la primera final de un Campeonato Mundial de fútbol, que se jugó el 30 de julio de 1930, en el Estadio Centenario de Montevideo, donde tuvo como protagonistas a los seleccionados de Uruguay y Argentina.
El clásico del Río de la Plata tuvo como vencedor al equipo local tras imponerse por 4 a 2, pero el encuentro estuvo rodeado de muchas polémicas y amenazas dirigidas a los jugadores argentinos para que salgan a la cancha “no poner todo” y de esta manera “dejarse ganar”.
Aunque al finalizar la etapa inicial el seleccionado albiceleste se fue arriba en el marcador (2-1), pero lo que sucedió en la segunda parte estuvo rodeado de un clima por demás extraño en un estadio colmado por 70 mil espectadores.
Francisco Varallo, que en ese momento era parte del plantel de Gimnasia para luego con la llegada del profesionalismo a nuestro fútbol pasar a Boca, comentó en varias entrevista a este medio que “hubo cosas, muchas cosas, pero como siempre digo en la cancha se ven los pingos. Varios jugadores se achicaron. Esa fue la verdad. Al final del primer tiempo ganábamos dos a uno y yo pensé ‘Chau, ya son nuestros’. Sobre todo porque ellos eran viejos. La mayoría había sido campeón de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928, y nosotros corríamos mucho más”.
Don Pancho Varallo, que murió el 30 de agosto de 2010, a los 100 años de edad con su humildad característica afirmaba que “en el entretiempo empecé a sentir cosas raras. Estábamos en el vestuario y escucho decir: ‘Si ganamos, acá nos matan’. Había jugadores tiernitos. Evaristo, por ejemplo, no era de dar patadas. Además, a Monti lo amenazaron mucho”. recordaba quién fue el futbolista más joven de dicho torneo y el último sobreviviente de esa final.
Al respecto de lo sucedido con Monti, Varallo explicaba que “porque tuvo muchos líos con los uruguayos. En Perú le había pegado al negro Lorenzo Fernández, el más gallina de ellos. Y de local se desquitó. En la final, yo le tiraba la pelota por un lado y la iba a buscar por el otro, y cuando lo miraba, me decía: ‘A la vuelta, botija, te mato, te hundo en el césped’. Pero yo nunca me achiqué. Si hubo algo que siempre tuve fue guapeza”.
Después de muchos años, Luis Monti rompería el silencio al confesar que fue amenazado de muerte la noche anterior a la final, al igual que su familia, por dos espías italianos del régimen fascista de Benito Mussolini, si Argentina ganaba.
El propio Monti, quien luego del Mundial de Uruguay fue “reclutado” por Mussolini para la Selección de Italia, dijo que “cuando volvimos para jugar el segundo tiempo había como trescientos militares con bayonetas caladas. A nosotros no nos iban a defender”. Muchos jugadores argentinos temieron por sus vidas . “Mejor que perdamos, si no aquí, morimos todos”, llegó a decir Fernando Paternoster dentro de un vestuario convulsionado.
A todo esto se le sumó la discusión acerca de la pelota con la que se jugaría el encuentro que definía el primer Mundial de la historia del fútbol. Cómo no había un balón oficial, ambos capitanes (Nasazzi por los locales y el “Nolo” Ferreira, jugador y gran figura de Estudiantes) acudieron al sorteo con la pretensión de imponer el suyo.
Luis Monti fue amenazado junto a su familia. En el siguiente Mundial jugó para Italia
El árbitro belga Jean Langenus, que confirmó dos horas antes del partido su presencia después de conseguir las garantías que había pedido a los organizadores, arrojó al aire la moneda y el azar quiso que el primer tiempo se jugase con la pelota argentina y el segundo, con la uruguaya. Así, quedó para el recuerdo que cada equipo terminó ganando el “tiempo” que se jugó con el balón favorito.
Atrás quedaron 95 años de esa final histórica y llena de controversia; mientras en el Mundial 2030 se volverá a jugar un partido en el Estadio Centenario para conmemorar los cien años de la primera Copa del Mundo.
LA SÍNTESIS
Uruguay: Enrique Ballesteros, José Nasazzi (C), Ernesto Mascheroni, José Andrade, Álvaro Gestido, Lorenzo Fernández, Héctor Scarone, Pedro Cea, Pablo Dorado, Héctor Castro y Santos Iriarte. DT: Alberto Suppici.
Argentina: Juan Botasso, José Della Torre, Fernando Paternoster, Arico Suárez, Juan Evaristo, Luis Monti, Francisco Varallo, Manuel Ferreira (C), Carlos Peucelle, Guillermo Stábile y Mario Evaristo. DT: Francisco Olazar.
Goles: PT: 13’ Dorado (U), 20’ Peucelle (A) y 37’ Stábile (A). ST: 11’ Cea (U), 23’ Iriarte (U) y 44’ Castro (U).
Árbitro: John Langenus (Bélgica). Cancha: Estadio Centenario de Montevideo.
Varallo se lleva el balón. El jugador Gimnasia jugó lesionado la final / Archivo
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