Milei-Villarruel: ¿una crisis institucional?
Edición Impresa | 13 de Agosto de 2025 | 04:57

Denise Chmois
eleconomista.com.ar
El Presidente considera que su vice es una “traidora que dio lugar a una sesión ilegal”. Ella, por su parte, lo acusa de “vivir en un palacio” del que no sale “para ver cómo la pasa la sociedad”. El enfrentamiento escala con cada aparición pública y movimiento legislativo. ¿Hasta dónde puede llegar este conflicto? ¿Se trata solo de un cruce discursivo o puede tener consecuencias institucionales?
La tensión volvió a estallar tras la sesión del Senado en la que se aprobaron leyes como el aumento a jubilados y la emergencia en discapacidad -luego vetadas-. Para el Gobierno, esas iniciativas rompían con el equilibrio fiscal. Para Javier Milei, el problema fue que Victoria Villarruel habilitara la sesión. Sin embargo, hacerlo era una obligación reglamentaria. “Pensar que las sesiones del Senado dependen de la voluntad de su presidenta es eliminar el sistema institucional”, explicó el analista Enrique Zuleta.
Aunque la apertura de sesiones no depende de su criterio, Villarruel posee herramientas que podrían complicar al Ejecutivo. “La carta de oro que tiene es el desempate. La única gran ley que aprobó el Gobierno -la Ley Bases- salió con su voto”, recordó el consultor Carlos Fara. Y advirtió: “Ojo si una ley se aprueba porque Villarruel -al estilo Cobos- vota en contra de su propio gobierno”.
Fara sumó otra reflexión: “Después de la experiencia de de la Rúa, si yo fuera Milei, preferiría tener a Villarruel como presidenta del Senado y no a alguien votado por el peronismo que empuje una crisis institucional”. Zuleta coincidió: “Si Villarruel renunciara o fuera eyectada, Milei quedaría en una situación de extrema precariedad. El Senado podría quedar en manos de la oposición, que podría decidir no entregarle la presidencia al oficialismo”.
“Ojo si una ley se aprueba porque Villarruel -al estilo Cobos- vota en contra de su propio gobierno”, advirtió Fara.
Por ahora, el conflicto parece limitado al plano discursivo. El juicio político -la única vía institucional para desplazar a la vice- es improbable. Pero la incomodidad es recíproca: Milei tiene a una enemiga al frente de una institución clave, y Villarruel, a un gobierno del que está aislada.
En el plano de la opinión pública, la vice es quien más pierde. Julio Burdman, director de la consultora Isasi/Burdman, explicó: “Hasta ahora, Villarruel tenía una imagen positiva que caía lentamente, pero se mantenía cerca de los 40 puntos. Ese apoyo venía de votantes de Milei o simpatizantes del Gobierno, que desconocían la magnitud del enfrentamiento. A medida que el conflicto se vuelve más visible, ella pierde porque empieza a ser percibida como una opositora por el votante oficialista”.
Restan todavía dos años y medio de gestión compartida. O, al menos, de convivencia forzada.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE