La Chancha Muda: “Estaría bueno que el rock vuelva a patear todo”
Edición Impresa | 26 de Septiembre de 2025 | 02:10

Tras pasar por el Cosquín Rock y el Quilmes Rock, La Chancha Muda vuelve a La Plata: mañana, desde las 20, los rockeros de Parque Chacabuco se presentarán en la sala de 58 entre 10 y 11 con un recital que su cantante, Gonzalo Pascual, promete “poderoso”.
La banda nació en el año 2007, aunque ellos le ponen fecha oficial de comienzo en 2013, año de la salida de su primer disco, “Ya no queda más lugar bajo la alfombra”. Hasta entonces, la cosa era “un poco más informal”, cosa de adolescentes.
“Éramos una mezcla de todo”, se ríe Christian Tamaha, saxo de la banda. “En ese momento esa fusión estaba de moda, hacer ska, cumbia, reggae, punk. Una mezcla. Por eso pensamos que no podíamos hacer una ensalada en el disco, y decidimos sacar un disco de rock”.
De todos modos, es rock que atraviesa otras estaciones: la influencia de aquellos comienzos persisten en una banda de guitarras, pero también con vientos. “El rock es el centro”, dice Gonzalo, pero “lo demás sigue estando alrededor”.
¿Y por qué eligieron el rock en ese momento? “Era lo que escuchábamos, y nos gustaba el mensaje que tenía, las letras. Es lo que más nos entró, lo que queríamos transmitir, queríamos ser una banda de esas, parte de esa cultura. Queríamos pertenecer a eso, continuarlo”, explica Pascual.
Así que La Chancha Muda se lanzó hacia el rock, el rock que mira alrededor y que le responde al mundo. Un mundo hoy bastante complicado, “tremendo”, definen. Pero “hay una canción del último disco que dice ‘acá, señor, todos los tiempos siempre son violentos”, porque esta misma charla creo que siempre la vamos teniendo: todos los momentos yo lo recuerdo son así, y siempre parece que viene uno peor”, sigue el cantante.
Pero frente a eso, “creo que se revaloriza el rol que tenemos, el mensaje que damos. El último disco que sacamos, ‘Quién autoriza’, fue previo a las elecciones presidenciales, pero todo lo que pasó después hizo que todo ese contenido tome otro significado, otro valor, otra fuerza. Hasta parecería que hubiera sido escrito después”, afirma el cantante de La Chancha. Para él, es un momento “importante para bajar un mensaje: cuando nosotros escuchábamos música no había redes, internet era algo incipiente, los mensajes los tenías que buscar. Entonces, tomaba mucho valor lo que te decía una banda, porque no encontrabas eso por todos lados. Hoy creo que se da al revés, por todos lados tenés mensajes, información, es todo un bombardeo, un océano de data y de estímulo. En ese mar es importante si alguien se detiene dos segundos a escuchar y lo hacés pensar, le movés alguna ficha”.
Hablando de contextos diferentes, a La Chancha todavía le preguntan por un disco lanzado hace casi una década. Por el título: “Sinfonías Libertarias”, disco empapado de ideas anarquistas, hoy se lee diferente.
“En algún momento nos tomamos un ratito en algunos shows para explicar”, se ríe Tamaha. “Explicar que ese libertario era totalmente lo opuesto a lo que hoy se dice como libertario. Lo mismo como la libertad, porque hoy la la libertad se dice desde otro lugar, es otra cosa”.
El disco estaba atravesado por la lectura de Osvaldo Bayer, anarquista y el hombre que acuñó en realidad el grito de “viva la libertad, carajo”, “una prueba de cómo de repente se transformó todo”, dice Pascual, al que se le pone la piel de gallina al hablar de Bayer. Como un broche para su tercer disco, pensaron en buscar a Bayer y poner su voz en la grabación. “Ya estaba grande, pero me clavó todas al ángulo igual”, se ríe. El registro es parte del disco “La peste del cazador”, y un mes después de la grabación Bayer murió.
Del rock se podría trazar una trayectoria similar alrededor de la palabra libertad. Primero fue contrahegemónico, pero luego se acercó al poder, y al mercado. “Estaría bueno que se desenganche del poder, que patee todo”, dice el cantante. “Ahora hay un quilombo de información y da todo lo mismo, cada vez más difícil poder parar un poco la bocha y decir algo distinto, pensar algo distinto. Pero creo que parte de la música urbana lo que tuvo de bueno es que eran pendejos y pendejas que pateaban todo, que trajeron esa rebeldía, es fuego, a un lugar que estaba muy chato. A decir lo que les pintaba, que es lo que hacía el rock, ¿no? Hacer que todos los viejos digan ‘estos pibes’. Hoy el rock necesita eso, hay mucha banda festejando no sé cuántas décadas, pero hace falta ese fuego nuevo que rompa el esquema”.
¿El rock ha muerto, entonces? “El rock no morirá jamás. Tiene ciclos, como todo, me parece. Pero está muy arraigado en la cultura de acá”, dice Tamaha. Y cierra Pascual: “Hoy los chicos ven el trap como lo establecido, lo mainstream, y lo que vuelve a ser contracultural es el rock. Pero es nuestra misión también mantenerlo ahí, con vida”.
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