Camba no tuvo reacción y se quedó sin el invicto

Defensores Unidos se impuso por 2-1, en el 12 de Octubre. ¿Hubo mano en el gol de Mateo Escobar?

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Por Leandro Duba

 

Cambaceres no pudo repetir la actuación anterior y resignó un largo invicto de diez partidos (5 triunfos e igual cantidad de empates), esta vez, en manos de Defensores Unidos, que finalmente, se impuso en el 12 de Octubre por 2-1, en un partido con polémicas, sobre todo, a partir de la segunda conquista del equipo de Zárate, y que tuvo como protagonista a Mateo Escobar.

El equipo de Ensenada, con más entrega y sacrificio que ideas futbolísticas, tuvo un primer tiempo aceptable. Porque volvió a plantarse tácticamente de manera ordenada, aunque sigue mostrando déficit a la hora de hilvanar jugadas de peligro.

Pero dentro de esas limitaciones, pudo sacar adelante un partido bravo, ante un rival que, a priori, trepó al segunda puesto de la clasificación.

Cuando nadie lo esperaba, Defensores Unidos sacó provecho de una pelota parada, a los 12 minutos. Tiro de esquina desde la izquierda, el balón le quedó servida para el “grandote” Javier Velázquez, que sin marca, fusiló a Arias Navarro.

Cambaceres, herido en su amor propio, salió “enfurecido” a buscar el empate, y lo consiguió a los 23, gracias a un “regalito” del árbitro Cristian Suárez, que sancionó un penal dudoso y que Brian Martínez se encargó de transformar en el empate.

la polemica

En la segunda mitad, Cambaceres y el CADU jugaron prácticamente lejos de los arcos. Ni uno ni otro se animó a romper el empate. Sin embargo, a los 22 minutos, llegó la jugada que generó la polémica y el reclamo de los jugadores del Rojo.

Gran maniobra individual de Gianluca Alfenoni por derecha. El volante apiló rivales dentro del área, remató, el balón dio en el travesaño, y en el rebote, Mateo Escobar, presuntamente con su brazo derecho, la empujó al gol. El asistente (Cecilio Calcagno) dudó en un principio, pero después, dio el okey para que el árbitro Cristian Suárez convalidara la conquista.

Todo el mundo se fue encima del juez, y sobre todo, del asistente, aunque el reclamo fue en vano.

Después, Cambaceres, sin ideas, futbolísticas y con sus limitaciones a cuesta, se volcó al ataque a los ponchazos, pero jamás consiguió lastimar a un Defensores Unidos bien ordenado, que llegó a Ensenada con un planteo mezquino, pero que supo aprovechar las dos únicas oportunidades que tuvo a lo largo de los 90 minutos para quedarse con un premio demasiado excesivo.

Por lo que ofrecieron los dos equipos dentro del campo de juego, el empate hubiese sido un justo reparto de unidades, pero aquella jugada polémica, que terminó en el segundo gol de los zarateños, cambió la historia.

 

 

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