“Hay que aceptar que nos plantea cambios”

Edición Impresa

Por VIRGINIA VIGUERA (*)

Que la longevidad se ha extendido ya no es una novedad. Como tampoco que el objetivo de seguir vigentes, incluidos y actualizados, los lleva a poder tomar la tecnología y sus avances para continuar con su desarrollo personal. Los cursos para mayores acercan en gran medida esa posibilidad. Mayores que por distancia o por dificultades físicas para movilizarse no pueden acceder a los cursos presenciales, tienen una forma cómoda y amena de acceder a la temática que prefieran con solo tener la computadora en su casa y poder acceder al aula virtual. Cuentan con referencias bibliográficas que amplían las clases y tienen la chance de un intercambio de preguntas y opiniones no sólo con los docentes sino con los otros participantes del curso. Como todo comienzo despierta un poco de temor. ¿Podré? A poco de andar vimos que disponiendo de una ayuda de coordinadores en ese campo se subsanan rápidamente los interrogantes que surjan. La modalidad virtual no reemplaza a la presencial, pero suma otra forma que puede traer beneficios. La educación a distancia tiene por supuesto sus bondades y también sus desventajas. Se pierde, como desventaja, la riqueza del cara a cara, del registro de las emociones, de la concreción de los vínculos, del sostén que conlleva el grupo y otras características de lo presencial, pero es sumando que vamos accediendo a una población mayor. Estamos corroborando que saliendo de ese planteo muy instalado de la antinomia permanente, “uno u otro”, la nueva modalidad virtual nos indica que es importante cambiar el “o” por el “y “.

 

(*) Gerontóloga

 

 

 

 

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