Conviven en la Ciudad ocho tipos de carteles indicadores de calles

Ni siquiera mantienen un criterio uniforme por zonas. Ya instalan otros mil con un nuevo estilo

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De estilo ecléctico. Así podría decirse que es el sistema de nomencladores de las calles platenses. Instalados en distintas gestiones comunales, sin una identidad que los defina, difieren en colores y diseños, y en estos días conviven dentro de la misma ciudad ocho clases diferentes: seis tipos sobre columnas; uno, el más antiguo, que aparece pintado con número y flecha de sentido de circulación sobre la pared de algunas esquinas; y otro, histórico, con nomencladores de chapa -azul y blanca-.

Esa larga lista de formatos incluye: fondo negro con el número de la calle blanco y filete verde; fondo negro y número blanco con flecha verde o naranja según sea la prioridad de paso vehicular en la intersección por la que se transite, de ahí que cuadra tras cuadra los colores de la indicación de sentido se alternan; fondo negro con número de la calle blanco y una base blanca donde se lee la numeración de los lotes que corresponde a la cuadra; negros y blancos tradicionales; de fondo azul con números y letras blancos; los más novedosos, los colgantes que en las avenidas señalan la calle transversal; y los legendarios de color azul que, como se dijo, fueron pintados en la pared.

Se trata de un mobiliario urbano esencial para la orientación, tanto de los automovilistas, motociclistas y ciclistas como de los peatones, y no sólo son necesarios para los turistas sino también para los vecinos, que muchas veces necesitan saber la altura de una calle, dato que se encuentra en la mayoría de los nomencladores -con excepción del aéreo-.

Tan mezclados en sus estilos son que ni siquiera mantienen un criterio uniforme por zona y mientras que en una esquina aparecen los de una época en particular, a una o dos cuadras asoma un par de diseño totalmente distinto.

En medio de todos esos números y flechas con los que se dotó a las calles en las últimas décadas persisten, como testigos de los primeros años de la historia de la Ciudad, los nomencladores de chapa -azul y blanca- donde figura el viejo nombre de la calle. Por lo general, esos carteles se mantienen sobre las construcciones antiguas, levantadas en los primeros años del siglo pasado.

A ese grueso catálogo se suma un nuevo formato, que ya empezó a implentar la Comuna en el marco de un plan que contempla para este año la colocación de unos mil nomencladores, además de reparar los que están en mal estado.

El subsecretario de Movilidad Urbana del Municipio, Juan Francisco Martínez Mendióroz, detalló que actualmente los están colocando “entre las avenidas 13 y 19 y de 32 a 67. En ese cuadrante completaremos 100 nomencladores”.

Martínez indicó que los trabajos se iniciaron tras un relevamiento detallado en diversos barrios la Ciudad y que el próximo paso abarcará la zona del microcentro. “Una vez concluida esta etapa abordaremos la zona del microcentro entre las calles 44 y 51 y 6 y 12, con una cifra similar. Asimismo, hacia mitad de año, colocaremos unos 300 en semáforos sobre camino General Belgrano, accesos de la ciudad y calle 1”, agregó.

En rigor, peor que la falta de estilo unificado, es la escasez de las señales que indican qué calle es. Eso sucede en numerosas esquinas de pleno centro, donde los nomencladores brillan por su ausencia.

A raíz de ese déficit, la concejal Florencia Rollié presentó un proyecto de resolución solicitando la colocación de los nomencladores faltantes, con su número de calle, sentido de circulación, y altura, “para cubrir la ausencia y deterioro de la señalética existente, que es un problema de vieja data en la ciudad de La Plata”, remarcó la edil.

Según destacó Rollié al realizar el planteo en el Concejo, “existe un importante nivel de desorientación  para aquellos que siendo residentes requieren los servicios de dichos nomencladores, conformando un ambiente de descuido del mantenimiento y de la información necesaria para el funcionamiento de la Ciudad”.

La concejal explicó, además, que desde el punto de vista turístico “impide la normal orientación que los no residentes necesitan para poder disfrutar de La Plata en todo su esplendor”. Resaltó, también, que “paradójicamente este problema no se encuentra entre los más difíciles desde el punto de vista presupuestario, con el agregado que incluso, como ocurre en otras ciudades, se puede convocar al sector privado para que colabore en su solución.”

Por último, Rollié agregó que la señalética instalada recientemente en las avenidas “se torna insuficiente”, lo que le llama la atención porque, argumentó en el proyecto, “se supone que el Municipio percibe tasas para resolver estos problemas que son de los más simples”.

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