Que Vivas no tape el Bosque: el problema es más profundo

El Ciclo se fue debilitando hace meses. Culpas compartidas, con jugadores y dirigentes

Edición Impresa

Por MARTIN CABRERA

Después de la tan sorpresiva como humillante derrota de Estudiantes en la Copa Argentina ante Sport Club Pacífico, Nelson Vivas dejó de ser técnico del plantel profesional. Los dirigentes lo invitaron a irse, y se fue. Fusible lógico y simple, más allá de que el problema en el Pincha es más profundo. Eso sí, su ida apagó la bronca de los hinchas.

El ahora ex entrenador se retiró del Country con la bronca lógica de sentirse manoseado y desconcertado, porque la firma de la renovación contractual se desvaneció en un puñado de días. O, mejor dicho, en 90 minutos que nadie pudo ni podrá explicar jamás ¿Qué pasó con el equipo?

Es verdad que Vivas hace rato había empezado a perder el consenso de los hinchas. La eliminación de la Copa Libertadores y el nivel del equipo en este tramo final del torneo lo condicionaron. Pero el mal trago en la Copa Argentina, competencia que los equipos de Primera desprecian, terminó siendo el detonante. De la noche a la mañana se convirtió en la caída más humillante. Y esa oportuna etiqueta fue letal para su futuro.

Ahora bien, lo que nadie pudo ni podrá explicar es su repentina caída futbolística ¿Cómo un equipo con tanta experiencia puede perder con un rival amateur? ¿Cómo se puede jugar tan mal un partido de fútbol, sobre todo en materia defensiva? ¿Por qué una estructura que parecía sólida como el acero se debilitó tanto en unos meses? En 72 horas pasó de firmar su contrato a despedirse del plantel e irse por la puerta de atrás. Un final muy similar al que había tenido Mauricio Pellegrino, con la misma dirigencia y buena parte de este plantel. Y con números que superan la media.

“Nosotros queremos seguir y la dirigencia nos manifestó lo mismo. Y así será. Un día de estos firmaremos el contrato”, había revelado en la conferencia de prensa de la semana pasada. Ayer se retiró en su auto particular y sin hablar, luego de despedirse de los jugadores.

Desde el Club se informó que por la mañana la dirigencia, en una reunión realizada en City Bell previa al entrenamiento del plantel, le comunicó la decisión de no renovarle, básicamente por la mala actuación del equipo el domingo en Banfield. A cambio, y en virtud a la buena relación humana, le propuso seguir los tres partidos que le faltan al torneo. El técnico no aceptó dirigirlos y prefirió irse.

Luego de esa charla -que tuvo a Juan S. Verón, Osvaldo Lombardi, Diego Ronderos, Nelson Vivas y Lalo Colombo como protagonistas- el técnico reunió a los jugadores y les manifestó que se iba. “A los más íntimos les dijo “me echaron”.

ERRORES COMPARTIDOS

¿Todo es culpa de Nelson Vivas? Claro que no. Mucha agua corrió bajo el puente. Dirigentes y jugadores se equivocaron por igual. Pero en el fútbol, siempre, el que paga los platos rotos es el entrenador, que en este caso es culpable por haber aceptado condicionamientos y por su falta de reflejos ante situaciones inevitables. No se discute su salida, sino las formas.

Nelson Vivas también hizo lo suyo. Entre otras cosas armó mal el equipo el año pasado en oportunidad del choque clave en Córdoba contra Belgrano por la Sudamericana, equivocó jugar un duelo copero como local sin un delantero de área, situación que repitió el domingo, y no pidió un jugador para la creación. Tampoco supo potenciar a los juveniles que asomaban como promesas, caso Matías Ahumada y Bautista Cejas, que arrancaron el año en la pretemporada en Orlando y hoy están en Reserva. Todo en los últimos seis meses.

Además tuvo que aprender a convivir con problemas ajenos. Uno de ellos fue el armado del plantel y esa particularidad de tener a gran parte de sus titulares con fecha de vencimiento. Matías Aguirregaray, Lucas Viatri, Augusto Solari, Javier Toledo, Juan Cavallaro, Javier Iritier y Jeisson Vargas con contrato hasta el 30 de junio y escasas (o nulas) chances de seguir. Facundo Sánchez con igual extensión contractual pero un acuerdo de renovación que la secretaría de finanzas demoró su firma. Tres históricos como Rodrigo Braña, Leandro Desábato e Israel Damonte con más dudas que certezas en cuanto a su futuro, y más después del resultado del domingo. Y dos juveniles que asoman como las promesas, Juan Foyth y Santiago Ascacibar, con más ofertas millonarias que partidos jugados. Así es muy difícil proyectar un final de torneo con motivación alta, sea quien sea el técnico que esté sentado en el banco de suplentes.

También sufrió en los últimos dos mercados de pases. En junio pasado se marchó Gastón Fernández, pieza clave en el armado. Seis meses después se fueron Leandro González Pirez y Carlos Auzqui. Nunca llegaron jugadores para reemplazarlos y sólo el lateral izquierdo Sebastián Dubarbier fue propuesto por él. Puso la mejor cara a pesar de la pérdida de jerarquía futbolística.

Su salida estaría acompañada, en octubre, de actuales dirigentes. Y de varios jugadores

Su imagen se fue debilitando puertas adentro. Y en buena parte contribuyó el regreso al fútbol de Juan Sebastián Verón, tema que sigue dividiendo las aguas. Aunque nadie lo haya dicho públicamente lo incomodó más que otra cosa. No fue y no será nunca una experiencia normal. Aquella reacción desmedida en el partido contra Boca lo mostró fuera de sus cabales.

También convivió con la pelea interna dirigencial, siempre desde el sector del fútbol profesional y muy cercano a Agustín Alayes. La renuncia del secretario técnico fue un golpe duro y otra señal que el auto estaba fallando. Quedó solo hasta que recibió el respaldo público de Ronderos y Lombardi. Ahora, con él afuera, también ellos quedaron desacreditados. Puertas adentro se dice que en octubre la CD tendría otra vez a Verón como presidente pero muy pocos integrantes de la actual dirigencia. La interna se cobrará varios soldados de un lado y del otro.

Aunque haya tenido el respaldo público de los referentes, no pudo nunca lograr la mejor articulación en el grupo, conformado por históricos, juveniles y “foráneos”. Se viene una depuración importante y necesaria. Asoma fin de ciclo de una generación dorada.

Nelson Vivas es historia. También su 59% de efectividad y los más de quince juveniles promovidos, la clasificación a la Libertadores 2017, la participación en las Sudamericana 16 y 17 y la chance concreta de dejar al equipo en la Copa Libertadores 2018, porque a pesar de esta “crisis”, si el Pincha obtiene 7 puntos de los 9 que quedan en juego tal vez se clasifique. Su salida descomprime, pero algún día se podrían analizar las formas, los proyectos y las exigencias de los hinchas. Igual, Vivas ya se fue.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE