El pistacho pide pista

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Crece el consumo de este fruto verde de la mano de la alimentación natural y consciente

El consumo de pistacho creció en los últimos años en Argentina, impulsado en gran parte por hábitos de consumo más saludables y porque el país ya puede autoabastecerse e incluso exportarlo a Brasil y Europa.

La conciencia sobre los hábitos saludables y el culto a las comidas sanas contribuyeron a disparar el consumo de frutas secas en general, que remplazó al de las galletitas y el pan como snacks, y dentro de ese grupo el pistacho se vio beneficiado.

Es que el pequeño fruto verde, que había quedado desdibujado en el recuerdo del helado fluorescente y con poco gusto que se servía en las viejas heladerías, dista mucho del que se consume hoy y de los usos que se le puede dar al pistacho.

El cultivo de pistacho en la Argentina es reciente, ya que las primeras plantaciones comenzaron a mediados de los ‘90 en la zona de Cuyo y los resultados se vieron recién en el nuevo milenio porque el árbol tarda siete años en dar frutos.

Hasta ese entonces, el pistacho que se consumía en el país provenía del exterior, fundamentalmente de Irán, primer productor y exportador mundial de pistacho.

Fue justamente en esas tierras durante el reinado de Belghais de Saba que el pistacho estaba reservado solo a la realeza y a una minoría selecta.

Los grandes productores y exportadores son el país persa y Estados Unidos, lo que generó roces, más allá de la cuestión del petróleo y las armas.

En la última cosecha, por ejemplo, Estados Unidos produjo 409.000 toneladas de pistacho gracias a excelentes condiciones climáticas que beneficiaron el cultivo.

Sin embargo, fueron también las condiciones meteorológicas de la campaña 2015/2016 las que le causaron importantes pérdidas, mientras que la de Irán, que este año cosechó 170.000 toneladas, le alcanzó para superar a su competidor.

La Argentina está muy lejos de esos números y es casi nula la posibilidad de que su producción pueda llegar a esas magnitudes, aunque a menos de 20 años de los primeros cultivos exportar a Brasil y Europa no está nada mal.

Según la Asociación Americana del Corazón, consumir unos 30 gramos diarios de pistachos (unas 49 unidades aproximadamente) ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, debido a sus bajos niveles de grasas saturadas y altos de monoinsaturadas y esteroles vegetales.

Además, su elevado contenido en fibra ayuda a controlar el peso reduciendo la tendencia a la obesidad y produciendo un efecto saciante.

Ricos en proteínas vegetales, los pistachos también contienen un gran número de vitaminas del grupo B, A y E (con propiedades antioxidantes) y minerales como fósforo y magnesio.

Los pistachos también son el combustible ideal para los deportistas debido a su gran aporte energético (30 gramos tienen 167 calorías) a base de grasas saludables y proteínas vegetales que ayudan a fortalecer y recuperar la masa muscular.

Si bien en el país el pistacho aún no es explotado en todas sus formas, la venta tuvo un crecimiento sostenido pese al precio que se termina pagando en los negocios, que es de un 360 por ciento más al que recibe el productor. O sea, el kilo de pistacho con cáscara sale del productor a $180 con IVA incluido, mientras que en dietéticas, negocios de delicatesen y supermercados cuesta$ 500.

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