Breves de la farándula

El conductor está como loco con el reggaetón romántico: quiere pieles desnudas, roces y perreos en su show

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“Fue un placer casi orgásmico. Son eficaces y están muy bien posicionados en la pista. Fue maravilloso”, les dijo Moria Casán a Macarena Rinaldi y Hernán Piquín, antes de pararse y ponerles un diez por cómo bailaron el reggaetón romántico.

“Me encantó lo que hicieron. Estuvo muy bien bailado y fue caliente”, evaluó, por su parte, Angel de Brito, la coreografía de Laurita Fernández y Fede Bal, que terminó con un beso muy sugerente.

Polino no se quedó atrás con su devolución al baile de Silvina Luna y Leandro Nimmo: “Me gustó lo que hicieron, aunque fue un poco desprolijo de tanta calentura”.

A Melina Lezcano no le fue tan bien. “Hubo mucha más pose que sexo”, y “no puedo creer que hicieran este ritmo con un camisón”, fueron algunas de las objeciones del jurado.

Placer, orgasmos, calentura, perreo... todas asociaciones directas al sexo, lo que Marcelo Tinelli quiere en su pista, y lo que les recuerda, noche a noche a sus participantes.

Es que el reggaetón romántico empezó con un show de ceros el viernes pasado. Quizás el romántico confundió a coreógrafos y vestuaristas, y las primeras performances que se mostraron disgustaron mucho al dueño del circo y, también, a los monos, por lo recatados que se presentaron los primeros competidores.

Entonces, con el fin de que en las próximas galas la pista se llenara de más sexo, pieles desnudas, roces y fuego, Marce interrumpió el descanso del fin de semana para llamar la atención a los participantes de su competición.

“Que el ritmo se llame reggaetón romántico es solo para tener más temas musicales. No cambia en nada la esencia caliente del Reggaetón”, aclaró el conductor en su cuenta de Twitter, conceptos que esta semana reforzó en cada una de las entregas, pidiendo más sexualidad en la pista.

Y estos pedidos del conductor llegan después de que Monseñor Héctor Aguer criticara con dureza su programa, al considerarlo como “uno de los símbolos arquetípicos de la decadencia cultural argentina”, a pesar de que “alcance marcas altísimas en el rating de la vulgaridad”.

En una carta enviada a los medios, el arzobispo platense aseguró además que “entre otras lindezas, se presenta risueñamente en ese espectáculo, la crónica actualizada, como si fuera lo más natural del mundo, de la fornicación, el concubinato o el adulterio de los protagonistas del mundo de la farándula”.

A pesar de que Tinelli no le contestó en público, aunque sí lo hizo Moria Casán, jurado de su certamen, con estas exigencias pareciera estar mandando un claro mensaje.

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