Ley de cannabis: expectativas y quejas por su reglamentación
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2017 | 04:01

A dos meses de que se venciera el plazo establecido para la reglamentación de la Ley de Cannabis Medicinal, y cuando todo parece indicar que ésta saldría en forma inminente, las organizaciones civiles que impulsaron la norma no saben muy bien si festejar. Como no fueron convocadas a participar del proceso, sus integrantes desconocen la forma en que el gobierno nacional planea implementar la nueva normativa, y algunos temen que deje afuera aspectos de su interés.
“Durante años hubo un vacío enorme a nivel académico, político y asistencial con respecto a los beneficios terapéuticos del cannabis, un vacio que la propia comunidad se ocupó de subsanar. Ahora que logramos que el reclamo de muchas familias se convierta en ley, las organizaciones civiles que impulsamos la iniciativa y tenemos mayor experiencia en el tema no somos convocadas a participar en su reglamentación. Estamos expectantes porque desconocemos por completo sus características y no sabemos cómo podría resultar”, dice Christian Valdez.
Vocero de Cannabis Medicinal Argentina (CAMEDA) -una organización de pacientes, familiares y profesionales de la salud que promueven su uso terapéutico-, Valdez prefiere mostrarse cauto con respecto a la reglamentación: “vamos a esperar a que se conozcan sus detalles para opinar y, de ser necesario, empezar a trabajar en aquellos aspectos que tal vez deje afuera”, dice. Pero lo cierto es que no todos los militantes de esta causa comparten su posición.
“Estamos muy enojados porque no nos consultaron para la reglamentación -reconoce Silvia desde Mamá Cultiva Fundadoras, una de las organizaciones que impulsó la ley-. Nadie conoce mejor los beneficios del cannabis que los padres que sufrimos durante años la toxicidad e ineficacia de los tratamientos farmacológicos sobre nuestros hijos. Somos nosotros los que sabemos lo que ellos necesitan, pero nadie nos consultó”.
Con 61 años y una hija de 35 que sufre epilepsia refractaria, “no puedo seguir esperando a que se establezca un protocolo que me autorice a producir el tipo de aceite que sé que le hace bien a mi hija. Como la persona legalista que he sido toda mi vida, no quiero que el Estado me empuje a la ilegalidad. Necesitamos que se autorice el autocultivo ya mismo”, reclama Silvia, quien teme que este aspecto quedará fuera de la reglamentación.
Mamá Cultiva no es la única organización que reclama el autocultivo, una práctica que si bien no está contemplada por la ley, tampoco es prohíbida por ésta, por lo que no existirían razones para excluirla de su reglamentación, según entienden algunos constitucionalistas.
“Hay una norma general, que es la Ley de Estupefacientes de 1989 que establece en el artículo 5 que el cultivo personal está prohibido salvo que haya una autorización, y una norma particular, que es la de cannabis medicinal, que está vinculada al pleno derecho de acceso a la salud”, explica el constitucionalista Andres Gil Domínguez, para quien ambas normas “son complementarias” y, por lo tanto, el autocultivo bien podría ser incluido en su reglamentación.
“Si bien la autorización al cultivo con fines medicinales “no surge de manera indubitable de la ley”, “puede interpretarse en base a la Constitución Nacional y los tratados internacionales sobre Derechos Humanos”, sostiene Gil Domínguez.
Con o sin autocultivo incluido, lo cierto es que la reglamentación de la ley de cannabis medicinal saldría en forma inminente. “Posiblemente se la anuncie la semana que viene”, adelantó ayer la diputada provincial Alejandra Lordén, presidenta de la Comisión de Salud, quien espera conocer sus lineamientos para dar el mismo paso a nivel provincial.
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