Pic-nic pasado por agua, festejos postergados y la “Repu” súper blindada

Aunque el Servicio Meteorológico lo había anticipado -esta vez la pegaron, lamentablemente- uno guardaba esa juvenil esperanza de poder festejar el Día de la Primavera, como Dios manda. Es decir, con sol, picada, mate y guitarra. No pudo ser.

Las bandas que estaban programadas en la celebración preparada en el Islas Malvinas, no tuvieron más remedio que meter violín en bolsa y al vecino intendente Mario Seco (FpV, Ensenada), se le atragantó el sanguchito de milanesa, cuando le informaron que Cristina Kirchner, su candidata, suspendía la anunciada visita al distrito a causa del mal tiempo.

Cris, reprogramó para hoy, a la misma hora y en el mismo lugar, su paseo por Ensenada, pero el jueves, bajo la torrencial lluvia se fue de pic-nic con Víctor Hugo. El relator de fútbol mantuvo con ella otra de sus amables y largas charlas que algunos -con nulos conocimientos periodísticos- confunden con “reportajes”.

El viernes, mientras tanto, el que estuvo de paseo por la República de los Niños fue el presidente Mauricio Macri, quién llegó acompañado por su esposa, Juliana Awada y por la pequeña Antonia.

Uno de los asistentes (no fueron muchos, en realidad) a la ceremonia con la que se inauguraron las remodelaciones de la Repu -que, justo es decirlo, quedó muy bien- contó que la pequeña hija del primer mandatario parece tan acostumbrada a las ceremonias oficiales, que hasta se encargó de ir a buscar y colocar en su lugar a la más chica de las hijas del intendente Garro, cuando esta intentaba ubicarse en un lugar que no era el previsto.

Acceder a la República de los Niños el viernes a la mañana fue imposible. Un severo operativo de seguridad impidió hasta el paso de los vecinos que habitualmente usan ese espacio para caminar, correr, o andar en bicicleta.

Lo “blindan”, dicen desde la oposición, porque -argumentan- escapan al contacto con la gente. Pero lo cierto es que la seguridad del Presidente, en cualquier lugar del mundo, es cosa seria y hubo ya varios incidentes con agresiones a Macri y a su comitiva.

Puestas así las cosas, los ferreos operativos de seguridad en torno a su figura, en realidad, hablan pésimo de la tristísima falta de vocación democrática de ciertos grupos opositores, más que del supuesto temor de los gobernantes al contacto con la gente. Convivir en la vida cívica significa, en primer lugar, aceptar el disenso. Pero esto, obviamente no es sinónimo de agresiones ni de pedradas. Porque, como bien se sabe, la Democracia se mejora con votos, no con piedras.