“Nos descontrolamos diez minutos y lo pagamos muy caro”

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La caída del viernes ante el Fortín en el Amalfitani dolió. No sólo por el resultado final frente a un rival directo, sino también por el juego y la forma en que cayeron los de Troglio.

Sobre esto se extendió Horacio Tijanovich, quien estuvo los 90 minutos en cancha, pero no logró pesar, al igual que varios de sus compañeros. “Sabemos que contra estos rivales tenemos que aprovechar las que tenemos, y no se dio”, comenzó el ex Defensa y Justicia. “Creo que el primer tiempo fue muy bueno. En el segundo creo que nos descontrolamos cinco o diez minutos y lo pagamos muy caro”, sostuvo. “Teníamos que salir rápido. Suponíamos que ellos iban a perder pelotas en la mitad, pero no se dio como quisimos. No supimos aprovechar las del primer tiempo y nos costó a partir del error del gol”, completó.

Más allá del trámite propio del juego, la diferencia estuvo allí: Gimnasia se equivocó y lo pagó. Santiago Silva tuvo dos claras en la etapa inicial y no lastimó. Matías Melluso falló en la salida y Jonathan Ramis evidenció la mala noche mens sana. Recorrió varios metros ante un Maximiliano Coronel que lo envió hacia un costado, pero sorprendió a Alexis Martín Arias para inflar la red.

Minutos más tarde, otro error producto del descontrol: la reacción de Gonzalo Piovi ante el autor del gol, con su segunda amarilla y el camino hacia las duchas de manera anticipada.

Todo esto lo resumió Tijanovich. “Después del error del gol viene la expulsión y de ahí en adelante nos costó mucho”, reconoció. Sin embargo, valoró el esfuerzo desde lo físico, que lejos estuvo en lo futbolístico. “El equipo hizo un sacrificio enorme. Venimos de jugar por Copa Argentina en una cancha difícil y a la tarde también. El esfuerzo no alcanzó, pero el equipo anduvo bien”, se lamentó.

Un párrafo aparte le dedicó a un Vélez que, con sus armas, intentó doblegar a Gimnasia y le costó, producto de su propia impericia. “Sabíamos que Vélez era un rival que iba a tener la pelota, que genera mucho, que juega mucho y también corre. Teníamos que bloquearles las opciones y lo supimos hacer”, entendió.

Lo cierto es que el Lobo estuvo lejos de su mejor versión y, en un partido parejo, que parecía perderse en un empate en cero, le abrió las puertas al rival por errores propios, algo que no debe suceder, y menos ante rivales directos.

La autocrítica estuvo y está, y los de Troglio deberán mejorar, teniendo en cuenta que se aproxima en el calendario Boca, equipo peligroso, aún con la cabeza puesta en la Copa Libertadores.

 

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