"Muere, Monstruo, Muere" y "Vendrán Lluvias Suaves"

33º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

          “Muere, Monstruo, Muere” de Alejandro Fadel

          El director mendocino muestra un thriller que comienza con el asesinato de una mujer. Es una escena impactante. Un travelling de una cámara rasante, haciéndose espacio entre un rebaño de ovejas de algún campo montañoso, llega a los pies de una persona. Pronto la cámara sube y da cuenta de que se trata de una mujer parada entre las ovejas. Tiene un corte en el cuello y se está desangrando.  El efecto es perfecto aunque no así la actuación de ella. Entre genialidades y momentos que no terminan de funcionar transita esta película constantemente.

        Aparecen varias mujeres asesinadas y la policía regional no logra dar con el homicida. De todas maneras, desde el principio se puede notar que algo entre lo diabólico y  fantástico está ocurriendo en el pueblo. En realidad parece tratarse de una versión de Twin Peaks, la serie de David Lynch, pero en Argentina. Esto no es algo despectivo sino un atractivo. Por ejemplo la presentación muestra al Aconcagua en una imagen espejada para hacer referencia a picos gemelos. Además también se trata de un policial entre terrorífico y ridículamente cómico. Por ejemplo, uno de los investigadores no para de bailar frente al espejo, en una iluminación en tonos cálidos y rojos chirriantes, con una canción de Sergio Dennis y en cámara lenta mientras reflexiona sobre los asesinatos.

          Una posible interpretación es que, tal vez, en realidad no haya monstruo. Quizás el monstruo es la sociedad mendocina machista donde en los últimos tiempos ha habido numerosos e impactantes casos de femicidio.

 

          “Vendrán Lluvias Suaves” de Iván Fund

          Esta película nace con una premisa de lo más atractiva. Una noche, una nena se queda a dormir en la casa de unas amigas por primera vez. Al despertar, todos los chicos y chicas de la casa descubren que los padres no despiertan. No es que quieran dormir hasta más tarde sino que no se podrán despertar jamás. Tampoco es que estén muertos, sino que mágicamente se han sumergido en un sueño profundo y constante. Pero no solo estos padres, sino que todos los adultos en el mundo han caído en este sueño general. De esta manera, los niños habitan la casa  por varios días aceptando la circunstancia que les tocó vivir. Pero la niña protagonista sabe que en su casa ha quedado su hermanito solo, ya que seguramente sus padres también han caído en este extraño sueño. Así que junto a su amigos, amigas y algunas mascotas emprenderá el camino de regreso a casa atravesando toda la ciudad en un mundo post apocalíptico donde no hay autos, pero sólo porque los mayores son los que saben manejar.

         Al principio las actuaciones de los nenes y los animales son hallazgos, pero luego se empiezan a notar más los hilos de lo complicado que es trabajar con niños y mascotas. El conflicto decrece un poco en el desarrollo y atenta contra la película. Aunque el final tal vez no  cumpla con las expectativas se trata de una extraordinaria y divertida película si no se comete el error de leerla en términos de: “en un mundo sin adultos somos todos mejores”.  

cine
fadel
fund
festival de mar del plata

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE