Cuatro y cinco generaciones de libreros y joyeros

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Los Galliadi y los García baten récord en la Ciudad a la hora de legar un oficio. Los primeros fundaron la primera joyería platense en 1883, que hoy está en manos de la cuarta y quinta generación. Mientras que los García son dueños de La Normal, una de las primeras librerías de La Plata, que actualmente está a cargo de la cuarta generación de libreros.

La joyería Galliadi hoy funciona en el local 36 de Galería Mayo pero durante 70 años estuvo en calle 5 entre 49 y 50, donde ahora hay una verdulería con fachada revestida en mármol, vestigio de aquel local donde se vendía plata y oro.

La abrió en 1883, a sólo un año de la fundación de la Ciudad, el italiano Sperindio Galliadi, un relojero que fue convocado por el mismísimo Dardo Rocha para el mantenimiento de los grandes relojes de la flamante capital.

Siguió sus pasos su hijo Alberto y su nieto Tito, que se formó en Buenos Aires para ser joyero de banco. Él mismo creaba preciosas piezas que luego ponía a la venta en el local de calle 5. Atrás estaba la casa familiar. Su esposa María y su hermana Ida también trabajaban a brazo partido detrás del mostrador.

Ahora están al frente “Pilín” Galliadi y su hijo Diego. Tilín amante del básquet y periodista en La Gaceta durante años, cuenta que “cuándo murió papá yo fui a la joyería a acompañar a mamá a desmantelarla. Pero los clientes y la familia insistió en mantenerla, así que vine por 15 días y me quedé 40 años”, relata contento y dice que no estuvo solo, porque su mujer, Isabella “adoptó nuestro apellido y fue mi compañera incondicional en la joyería”.

Con 126 años en manos de la misma familia, La Normal no sólo dio una de las primeras librerías a la Ciudad sino también, cuatro generaciones de libreros.

El fundador fue un español que vino al país para trabajar como docente: Martín García. Inquieto como pocos, además de enseñar, abrió la librería y legó su oficio a su hijo Martín Manuel. Ambos ya no están, pero en el local de 7 entre 55 y 56 siguen sus pasos entre anaqueles, el nieto y el bisnieto del fundador: Jorge Tomás y Jorge Octavio. El cuarto librero de la familia cuenta que, a sus 6 años, ya sacaba libros a la vereda de su casa y los vendía. Y aunque su padre le dio rienda suelta para que siga otros rumbos, él siempre soñó con “ser grande para estar en la librería”.

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