Una economía en plena expansión, pero con una fuerte deuda social

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Hugo Olazar

Agencia AFP

Asunción

Horacio Cartes, el conservador presidente saliente de Paraguay, deja como mayor logro de su gestión una economía en plena expansión, pero su balance social y político es blanco de críticas.

Cartes debe traspasar la presidencia en agosto a su sucesor.

“El sol brilla sobre Paraguay y es buena la oportunidad de fortalecer el crecimiento de su economía, una de las más sólidas de Latinoamérica”, elogió Christine Lagarde, directora del FMI, cuando visitó el país en marzo pasado. Para 2018 el Fondo prevé un aumento del PBI de 4,1% y para 2019 de 4,5%, las cifras más altas de la región.

En la última década, Paraguay ha tenido “avances con sólidos resultados en el ámbito fiscal, monetario y en sintonía con importantes reformas sociales”, remarcó Santiago Peña, ex ministro de Hacienda de Cartes.

A consecuencia del control monetario y la estabilidad, la inflación no ha superado 8% anual en los últimos 10 años y desde hace seis se ubica por debajo de 5% anual.

Las reservas internacionales crecieron de 6.204 millones dólares en 2016 a 8.000 millones en 2017. Paraguay tiene la menor deuda pública de Sudamérica, 7.000 millones, el 24% del PBI. “Este gobierno se ha esforzado en convertir a Paraguay en un país competitivo de verdad”, afirmó el ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite.

“Nosotros podemos competirle a China y los países asiáticos”, aseguró, al evocar que se han instalado unas 70 nuevas industrias bajo el régimen de maquila (talleres con mano de obra barata que producen para países desarrollados) desde 2013.

Sin embargo, en Paraguay sigue pendiente la reducción de la pobreza (26,4% según cifras oficiales), la alta tasa de informalidad de su economía (40%), y la falta de un sistema previsional de alcance universal. Además, el país está clasificado entre los más corruptos del mundo, en el puesto 135 de una lista de 180 según Transparencia Internacional.

Las tres principales calificadoras de riesgo financiero (Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch) han subido continuamente la calificación de Paraguay en los últimos 10 años. El país mantiene una calificación de riesgo político estable (BB) para las tres firmas.

 

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