El Pincha volvió a tropezar ante Santos por la Copa Libertadores

Estudiantes volvió a caer ante Santos, esta vez en Brasil y por 2-0, en una nueva presentación por la Copa Libertadores, minando sus posibilidades de clasificar a la próxima fase, si bien todavía tendrá dos posibilidades más ante los otros dos integrantes del grupo, que se enfrentan entre sí mañana.

EL PARTIDO

Con un triángulo formado por Gómez, Braña y Otero en el centro del campo, en el que los dos primeros recuperaron el balón y el colombiano condujo los hilos de la ofensiva, el León intentó gestionar la posición y de esa forma manejar los tiempos del partido.

El conjunto brasileño le cedió la iniciativa, aunque siempre agazapado esperando el corte para salir rápido de contra. Así llegó la primera situación peligrosa del encuentro: escapó Rodrygo, tocó al centro para Gabi, éste cedió de taco para Copete y el ex Vélez sacó un fuerte remate que dio en el palo izquierdo de Andújar.

En los 15’ iniciales, las aproximaciones estuvieron repartidas, con Otero transformándose en la pieza más peligrosa del Pincha: cuatro disparos al arco, dos de ellos detenidos por Vanderlei.

Con el correr de los minutos el partido perdió vértigo y Estudiantes hizo negocio, porque le cedió la tenencia a su rival, que fue todo verticalidad y poca generación. Sin ideas, abusó de los centros que fueron siempre bien controlados por Desábato y Schunke, impasables por arriba.

Y en el único pelotazo que vino “por abajo”, llegó el 1-0. Copete metió para Gabriel, hasta ese momento intrascendente en el partido, que escapó en velocidad a los centrales y definió de zurda haciendo estéril la salida de Andújar.

Con escaso trabajo, el local se ponía en ventaja y aumentaría apenas comenzado el complemento. Verissimo anticipó en el primer palo a toda la defensa albirroja, que durmió la siesta en el tiro libre, y de cabeza marcó el 2-0.

Entonces sí, Santos ya se sintió cómodo y se paró en su campo a esperar. No obstante, el Pincha no se volcó masivamente al ataque y el cotejo cayó en un pozo. 

La situación fue advertida por Bernardi, que intentó darle otro ritmo con los ingresos de Giménez y Lattanzio por los intermitentes Gómez y Dubarbier. Los cambios le dieron un poco más de bríos al equipo y también despertó al local, que se había dormido tras el segundo gol. 

Las ganas duraron apenas unos minutos. Sabiendo de su falta de gol, el León dio por terminado el encuentro y bajó la persiana. La anécdota fue la expulsión de Escobar sobre el final, luego de jugar 20 minutos. 
 

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