Cómo tomó el ex presidente la decisión del Tribunal Supremo

Quienes lo vieron dicen que nunca lo habían visto tan "afectado desde el fallecimiento de su esposa

Luiz Inácio Lula Da Silva gestó su carrera como político en el sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo. En ese mismo lugar, cuarenta años después, el líder más carismático de Brasil comenzó a digerir que en las próximas semanas podría perder la libertad.

Resguardado de la atención mediática, Lula no prestó mucha atención al juicio del Tribunal Supremo, se mostró "tranquilo" e incluso comentó el golazo de chilena de Cristiano Ronaldo en el partido del Real Madrid contra el Juventus, según contaba un miembro del Partido de los Trabajadores (PT).

Pero lejos de la versión "oficial", en uno de los ascensores del sindicato, una mujer comentaba que nunca había visto a Lula tan "afectado" desde la muerte de su mujer, Marisa Leticia.

Alejado de los palcos y las multitudes, el tornero mecánico recibió un nuevo mazazo, uno de los más importantes de su vida, después de conocer que el Supremo rechazó el habeas corpus intentado por su defensa para postergar la cárcel tras la condena por corrupción.

Mientras la justicia estrechaba su cerco, el ex líder sindical pasó el día reunido con los suyos, recibiendo visitas de conocidos y aliados políticos, entre ellas la de la ex presidenta Dilma Rousseff, de quien Lula fue hombro amigo durante el juicio político que la destituyó en 2016.

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