El mariscal de Berisso

Uno de los más famosos mitos berissenses, dice que durante 1930 fue visto allí el mariscal Tito, quien luego sería conocido como el líder de Yugoslavia.

Por Nicolás Colombo, para Misterios de la ciudad de La Plata

A principios de la década de 1930, cuando Berisso tenía gran actividad obrera en sus frigoríficos, hizo aparición un misterioso personaje. Era conocido como "el ruso" Walter, y se ocupaba de reparar las maquinarias del Frigorífico Swift, trabajando en turnos de 12 horas diarias. Nadie sabía sobre su procedencia o verdadera identidad, razón por la cual surgió en torno a su figura el mito de que se trataba del Mariscal Tito de Yugoslavia, quien habría escapado de la persecución comunista para terminar viviendo en Argentina.

El Mariscal Tito (cuyo verdadero nombre era “Josip Broz”) nació en el Imperio Austrohúngaro en 1892. Combatió en la Primera Guerra Mundial, fue capturado y llevado a Rusia. Luego de lograr escapar, participó de la Guerra Civil Rusa, volviendo a Yugoslavia, en donde se involucra con el Partido Comunista, razón por la cual fue apresado por la policía en abril de 1928, ya que el Partido Comunista estaba prohibido. Luego de un juicio en que se lo sentenció a cinco años de prisión, fue llevado a la cárcel de Lepoglava. Gracias a sus habilidades se le permitió salir bajo custodia a reparar sistemas eléctricos en las casas del pueblo; así fue como mientras trabajaba en un bar logró junto a varios amigos emborrachar al guardia de turno y escapar hacia la frontera. Se dice que con pasaportes falsos pudo abordar el barco Princesa María, que zarpó de la ciudad de Génova con destino al puerto de Buenos Aires. Tras un mes de viaje desembarcó en Argentina y luego llegó a Berisso el 20 de octubre de 1930.

Ya en Berisso, se habría instalado en la pensión “El Turco” de la calle Nueva York. Frecuentaba el restaurante “El Águila”, y se juntaba en el bar Rawson a charlar con Vania Kalinoff, un ciudadano ruso que había participado en los inicios de la revolución comunista.

Pese a estar rodeado de fanáticos de Gimnasia y Esgrima, se hizo simpatizante de Estudiantes ya que el escudo y la camiseta pincharata eran similares a las de su querido Crvena Zvezda de Belgrado. Algunos de sus compatriotas que aún viven en Berisso, relatan que durante la gira mundial de Estudiantes en 1968, el Mariscal Tito recibió personalmente a todo al equipo en la capital yugoslava.

Su infiltración en la comunidad obrera del frigorífico habría sido para expandir entre los trabajadores la ideología marxista. Fue considerado como un “elemento peligroso” por tratar de organizar a los obreros para exigir un salario justo y mejores condiciones laborales, fue despedido. Más tarde sería encarcelado tras aplicarse la Ley de Residencia, la cual indica que se podía expulsar del país a “todo extranjero cuya conducta comprometiera la seguridad nacional o perturbara el orden público”. Finalmente se lo deportó de regreso a Yugoslavia en 1931, donde se convertiría en el conductor del Partido Comunista.

Finalmente, pese a que se realizaron varias investigaciones históricas para corroborar la veracidad del mito acerca del Mariscal Tito, no se llegó a ninguna información certera. No se encontró a nadie con ese apellido entre las fichas del frigorífico Swift ni en la Dirección Nacional de Migraciones, aunque se cree que pudo haber usado una identidad falsa. De esta manera, la leyenda del mariscal de Berisso seguirá pasando de boca en boca, entre los pobladores de la ciudad.

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