“A mí, que soy un laburante, me mataron”, lamentó la víctima de un nuevo escruche

Desconocidos entraron a su casa y se llevaron objetos de valor y dinero. Denuncia que el barrio está “abandonado”

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Gustavo (40) cursa el cuarto año de abogacía, carrera que retomó hace poco, cuando se disolvió la ONG para la que trabajaba y se quedó “sin laburo”.

Resignado por la seguidilla de robos de la que fue víctima, relató cómo fue el escruche que sufrió en su casa de San Carlos, que lo dejó “en la lona”.

“El sábado a las 19 fui a buscar a mi hija (tiene 11 años) y después nos fuimos a lo de Yésica, mi pareja. Nos quedamos a dormir ahí y volvimos los tres el domingo a las 21”, dijo.

Al regresar, el hombre vio que la llave del portón de entrada estaba puesta en la cerradura.

Como su madre, que vive al lado, no tiene llaves, “me di cuenta que había entrado alguien, así que le dije a mi nena y a Yésica que se vayan a la casa de ella”, continuó.

Con las dos mujeres a resguardo, Gustavo ingresó en su hogar. El panorama que encontró fue desolador.

“Estaba todo revuelto, la mesa tirada y las sillas dadas vuelta, papeles por todos lados, frascos rotos”, explicó con resignación.

Los desconocidos entraron por una ventana ojo de buey que da a la habitación.

Una vez que estuvieron en el interior de la vivienda, revisaron varios cajones y dieron con una llave de repuesto que la pareja guardaba en la mesa de luz. Y con varias horas por delante, sin el propietario en la morada, los ladrones se tomaron su tiempo. Cuando finalmente reunieron un botín satisfactorio, escaparon por la puerta principal, “como si fuese su propiedad”.

En el piso dejaron “cáscaras de banana y restos de comida, y en la heladera no quedaba casi nada, así que no solamente me robaron, también ‘me vivieron’”, lamentó Gustavo.

Enseguida llamaron al 911 para solicitar un móvil, que, aseguran, “tardó más de una hora en venir. Le tuvimos que pedir si nos podían acercar a la comisaría para radicar la denuncia, porque no teníamos más plata para movernos”.

“Está bravísimo todo. A mí, que soy un laburante, me mataron. Me sacaron lo único que tengo”, manifestó.

De acuerdo a lo que pudo observar, los delincuentes se llevaron un reproductor de DVD, un equipo de música, dinero en efectivo y algunos pendrive “donde guardaba cosas de la facultad”.

“Te sentís abusado, inseguro”

El del domingo no fue el primer robo que sufrió Gustavo. El año pasado le sustrajeron dos motos, en un asalto armado y en otro escruche.

“La primera vez me pararon en la puerta de casa, me encañonaron y dispararon un tiro que por suerte dio en el suelo”, contó.

Ese atraco fue cubierto por el seguro, y con el dinero repuso el rodado con otro.

Sin embargo, cuatro meses más tarde, “entraron cortando la red de alambre que da a la calle, quemaron la lona y se la llevaron”.

En ese sentido, sostuvo que “ahora que estoy sin trabajo no voy a poder recuperar lo que robaron, pero más allá de eso, lo peor es el miedo con que te dejan después de invadir tu casa”, dijo. Y añadió: “Te sentís inseguro, abusado. Entran a tu casa y no sabés cómo manejarte”.

Por otra parte, señaló que “acá no pasa un patrullero en toda la noche, la cuadra no tiene luminarias y ni siquiera limpian la zanja, la recolección de basura no existe. Cuando llueve es imposible circular y a la noche es un peligro, es un desastre cómo está el barrio”.

“Uno no sabe cómo hacer, porque la delegación de San Carlos no te da respuestas y la policía tampoco. La preocupación de todos los vecinos es la inseguridad y el abandono en que nos dejó el municipio”, reclamó.

 

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