En Francia y Croacia, los jugadores de los seleccionados fueron recibidos como héroes
Edición Impresa | 17 de Julio de 2018 | 05:24

París y Zagrab se convirtieron en las capitales de la felicidad absoluta. Una multitud en cada ciudad recibió a los seleccionados de Francia y Croacia con festejos en las calles sin importar quien fuese el campeón y subcampeón en la Copa del Mundo de Rusia 2018.
La tradicional avenida des Champs-Élysées de París se convirtió en un verdadero carnaval del que participaron cientos de miles de fanáticos que festejaron el título mundial obtenido por el seleccionado francés.
En tanto, el colectivo descubierto de dos pisos avanzaba lentamente hacia el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia, con los futbolistas y cuerpo técnico, aviones de la fuerza aérea francesa sobrevolaron la emblemática avenida parisina formando con sus “fumígenos” la bandera tricolor: roja, blanca y azul.
El avión que transportó a la selección francesa aterrizó temprano en el aeropuerto Charles de Gaulle. El capitán y arquero Hugo Lloris, con el trofeo en la mano, y el entrenador Didier Deschamps fueron los primeros en asomarse y ser recibidos por la ministra de Deportes, Laura Flessel, mientras el personal del aeropuerto cantaba “Merci Les Bleus”.
Luego el plantel se subió al autobús decorado con dos estrellas y con la leyenda: “campeón del mundo” se dirigieron hacia el centro de París. Una multitud con los colores nacionales, azul, blanco y rojo se reunieron en el lugar, en un día soleado y caluroso. Después del desfile, los Bleus fueron recibidos por el presidente Emmanuel Macron, donde varios jóvenes fueron invitados a presenciar la recepción oficial, antes de que los jugadores se dirijan al Hotel Crillon, en la plaza de la Concordia, para continuar la fiesta.
No menos espectacular fue el recibimiento del plantel croata en su país pese a consagrarse subcampeones del mundo. Fue recibido con un entusiasmo desbordante por medio millón personas a su llegada a Zagreb
El avión que transportó desde Rusia a los jugadores fue acompañado a su llegada a la capital croata por aviones de fuerza aérea croata. Tras bajarse del avión, los futbolistas se subieron a un autobús descubierto decorado con los colores de la bandera nacional del país balcánico. Durante varios horas, a baja velocidad, el vehículo recorrió los 20 kilómetros hasta la céntrica plaza Ban Jelacic, donde decenas de miles de personas esperaban a los jugadores para el gran festejo.
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