Otro asesinato de una mujer, con tres puñaladas y en su casa
Edición Impresa | 20 de Enero de 2019 | 02:36

Un rato antes del mediodía de ayer, Silvia Pereyra, una peluquera de 59 años de la ciudad de Chacabuco, fue encontrada por su hija tendida en el piso, bañada en sangre y sin signos vitales.
Según los primeros tramos de la investigación policial, la mujer fue atacada con un arma blanca. La apuñalaron en dos oportunidades en el pecho y una en la espalda en su propia casa.
Según informó la Policía, el cuerpo fue hallado por la hija de la mujer, con quién había mantenido contacto hasta minutos antes del mediodía.
Según las fuentes, eso fue alrededor de las 11.50. Luego, ante la falta de respuesta, la hija se acercó al domicilio y tras golpear varias veces a la puerta y no tener respuesta abrió con la copia de llaves que tiene.
Así las cosas, los investigadores calculan que el asesinato se puede situar en torno a las 12.
Pereyra, estaba tendida en el suelo en un charco de sangre y la casa mostraba un desorden no habitual.
Las fuentes vinculadas con la investigación apuntaron que hay pistas que conducen a los presuntos autores e incluso el móvil del ataque, que podría vincularse con un asalto.
La hipótesis comenzó a tomar cuerpo a partir de datos recogidos de testimonios de los vecinos de la peluquera.
En un número no precisado, frentistas de la cuadra habrían advertido movimientos sospechosos de dos personas cerca de la casa de Pereyra en el horario en el que se cometió el crimen.
Esos testimonios, aportarían información sobre las prendas que llevaban puestas los sospechosos y también en qué tipo de vehículo se movilizaban.
INVESTIGAN UN ROBO
Siempre según las primeras versiones que circularon en torno a la investigación realizada por la Policía, el asesinato estaría enmarcado en un robo.
No obstante eso, las fuentes indicaron que la hija de la víctima no pudo precisar si su madre guardaba dinero y en qué cantidad. Del mismo modo, tampoco conocía sobre la existencia de otros bienes más allá del equipamiento de costumbre de una vivienda.
Pereyra era propietaria de otras viviendas y las tenía en alquiler, una situación que en los cálculos de los investigadores podría estar asociada al interés por robarle dinero.
En este contexto, en el barrio también se puso de manifiesto la reiteración de episodios de robo durante los últimos meses.
En casos, también se registraron episodios de violencia. En forma reciente, le lanzaron lavandina en la cara a un vecino durante un asalto.
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