A 36 años de un partido inolvidable contra Vélez

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El 29 de enero de 1983 el torneo Soberanía entraba en su etapa más caliente: dos fechas finales. Estudiantes marchaba puntero y un punto por debajo estaba Independiente.

Una campaña bárbara de los dos equipos, que se llevaban los elogios de la prensa. Pero las presiones eran muchas. Esa noche, el Pincha recibía a Vélez en La Plata, con la obligación de ganar para seguir arriba. Partido chivo, caliente, mucho más que los 30 grados exteriores. En el entretiempo cayeron tres petardos dentro del vestuario visitante (debajo de la popular de la calle 55) y el DT velezano, Juan Carlos Lorenzo (enemigo de Carlos Bilardo, técnico del Pincha) dio la orden de que su equipo no se presentara a jugar el complemento.

Treinta minutos después el match quedó definitivamente suspendido.

LA REANUDACIÓN TRAS UNA DURA PUJA EN CALLE VIAMONTE

Pasaron unos días, con mucha discusión y escritorios en la calle Viamonte. La directiva del Rojo pidió que le den el partido por perdido a Estudiantes. Y su dirigencia lo mismo, pero a Vélez. Definió el Tribunal y la noticia no cayó del todo bien: reanudar el juego, otra vez en La Plata.

Fue 10 días después. Y la historia es conocida: gol del Tata Brown, de cabeza, en el último minuto. Gol de campeonato que todavía hoy, 36 años después, se sigue festejando en la familia pincharrata, sobre todo entre aquellos que peinan canas.

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