Clima de extrema tensión en Ecuador y continúa el caos

El presidente Lenín Moreno llamó al diálogo y los indígenas lo rechazaron. Hubo marchas, gases y más detenidos y heridos

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QUITO

En otras circunstancias las calles de Quito estarían más tranquilas que de costumbre, con ecuatorianos que disfrutan de un día de descanso por feriado nacional. Ayer, sin embargo, la capital de Ecuador lucía un semblante caótico: mostraba hombres rengueando, cubriéndose las cabezas y las bocas para protegerse de los gases y levantando los brazos en alto para romper piedras contra el piso para lanzarlas a la policía. Por la tarde, el presidente Lenín Moreno hizo un llamado al diálogo directo.

En cadena de radio y televisión, el mandatario dijo que “es indispensable frenar la violencia. Hay que encontrar soluciones para los problemas del país y sobre todo del campo. Hago un llamado a los dirigentes a dialogar directamente conmigo, sentémonos para conversar”.

El movimiento indígena que protesta en Ecuador rechazó el ofrecimiento del presidente Lenín Moreno de sostener un diálogo directo para resolver la crisis que estalló por los ajustes económicos pactados con el FMI.

“El diálogo que promulga carece de credibilidad”, señaló en un comunicado la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), añadiendo que solo conversará con el gobierno “cuando se derogue” el decreto que eliminó los subsidios a los combustibles.

Más temprano, el mandatario, que ha descartado volver atrás sus medidas, había planteado a los líderes de la Conaie un encuentro directo para “encontrar soluciones”.

“El país debe recuperar la calma; que el país sepa que tenemos la voluntad del diálogo, pues aquí está la mía”, dijo en un breve mensaje por radio y televisión.

En su comunicado, la organización indígena sostiene que “el diálogo que el gobierno nacional dice promulgar se ha sustentado (...) en una de las peores masacres en la historia del Ecuador”.

En esos términos aludieron a los enfrentamientos que en más de una semana de protesta dejan cinco civiles muertos y unos 2.000 heridos y detenidos, según la Defensoría del Pueblo.

Las protestas y el llamado presidencial se produjeron luego de un paquete económico decretado el 1º de octubre que quitó un subsidio de 1.300 millones de dólares para los combustibles, lo que generó un incremento del 100 por ciento en el precio.

La medida generó protestas y la furia de los indígenas. Durante las últimas horas, cientos de opositores salieron al centro-norte quiteño, con gritos, banderas, palos, mientras la policía lanzaba gases, sin tregua.

Tras varios enfrentamientos, la confrontación dejó un saldo de personas con problemas de asfixia, contusiones y heridas de diversa magnitud que recibieron atención por parte de personal de asistencia médica de las universidades y de la Cruz Roja. (AP, AFP y EFE)

 

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