La otra cara de Messi

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Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

Messi no necesita agregar nada a todo lo que tiene. Es el mejor del mundo, el de los récords notables y las intervenciones más lucidas. Pero es bueno destacar la imagen que está dejando en la Selección, una nueva versión que se insinuó durante la Copa América y se afirmó en este reencuentro con la celeste y blanca para enfrentar a Brasil.

Más enchufado, apareció durante el partido disputado en Riad corriendo rivales, insultando al aire porque el árbitro no le cobró una falta y revoleando la pelota para cualquier lado para coartar cualquier posibilidad de contragolpe rival. Se enfrentó, enojado y con gestos elocuentes, a Tite pidiéndole que se callara la boca cuando el DT brasileño pidió que lo amonestaran.

Concretamente, como algunos han dicho, un Messi más “integral”, con el talento del más grande, queriendo jugar siempre pero también metiéndose de cabeza en el partido, sin baches, atento a todos los detalles.

Es más, los números, tan asociados a los análisis que hoy se formulan en torno al fútbol, dejaron señales inequívocas al respecto. A través de un trabajo reproducido por los medos Lio apareció como el futbolista del equipo nacional que más entró en contacto con la pelota (54), el que más la recuperó (5), el que más remató (6), el que más faltas cometió (5) y el que más recibió (3).

Después de tres meses de ausencia forzada, a los 32 años, el capitán argentino tiene como objetivo más próximo la Copa América que Argentina deberá disputar dentro de seis meses. Y está dispuesto a tener el rol protagónico que necesita Lionel Scaloni en esta etapa de renovación que ya tiene nombres concretos (Ocampos, Lo Celso, De Paul, por citar algunos) pero que necesita el liderazgo del Diez.

“Si el técnico quiere, estoy para jugar el lunes”, tiró con ganas la Pulga poco después que finalizara el choque con los brasileños y ya se empezaba a analizar el partido con Uruguay del lunes. A Scaloni ni hay que preguntárselo, seguro estará entre los once que intentarán ante la Celeste seguir edificando el futuro de la Selección.

Una etapa diferente la que enfrenta la selección. Por la presencia de un DT que tiene pocas horas de vuelo en la profesión, con caras nuevas que de a poco se están acomodando y la conducción de un Messi dispuesto a liderar el cambio. Se cierra el año para la Selección, se abre un camino pleno de expectativas.

 

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