Estudiantes y cómo tirar todo por la borda en apenas dos años

El equipo volvió a jugar mal y, más allá de la entrega de los jugadores, quedó en evidencia la falta de jerarquía y trabajo. Se fue el DT, pero los problemas lo exceden. Hace rato que se vienen tomando malas decisiones

Edición Impresa

Por MARTÍN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Estudiantes sigue una brusca caída que comenzó hace un año y medio. Anoche volvió a perder en la Superliga (1-0 ante Talleres) y se fue Leandro Benítez. Pero el problema es mucho más profundo: necesita un cambio urgente de rumbo o la pelea por el descenso dejará de ser un reclamo sólo de los más críticos para convertirse en una triste realidad.

El fusible de anoche fue el técnico, pero los responsables son muchos más. A nivel dirigencial se vienen tomando malas decisiones en continuado. Primero echando a Nelson Vivas, luego trayendo a Gustavo Matosas y Lucas Bernardi , y luego dejando en el cargo a un técnico al que todavía le faltaba rodaje. Y más todavía: en cada mercado de pases el plantel se fue oxidando como un fierro frente al mar y de ser el mejor equipo en los promedios del descenso pasará, en unos meses, a ser uno de los peores. Hoy es una sombra de lo que supo ser y necesitará una inyección económica para armar un buen plantel de cara a la próxima temporada, justo cuando los dólares no abundan.

El equipo peleaba los primeros puestos y jugaba copas internacionales. Surgían jugadores de inferiores y se vendían por muchos millones al exterior. Era la cara de una moneda que, en unos meses, se devaluó. Hoy no queda visible nada de ese pasado exitoso. O poco y nada ¿Por qué tirar por la borda todo en tan poco tiempo? ¿La realidad económica y la construcción del estadio son los únicos motivos? ¿Habrá una autocrítica real o siempre la culpa la tendrá otro? ¿Por qué en cinco años pasaron -y se fueron- tantos técnicos?

Hace unos meses el Pincha tenía de los mejores Promedios, en unas semanas será de los peores

 

Ayer el Pincha fue la imagen de un equipo descompensado, sin ideas y mucho miedo. Con jugadores en mala forma física en puestos donde no se sienten cómodos. Y, si bien la entrega dentro de la cancha fue total, nada pudieron hacer para tapar una debacle total. Hace rato que el ciclo está cumplido, pero querer llegar hasta junio “como sea” ya empezaba a ser casi suicida. Ganó Talleres, con suplentes y casi sin objetivos en esta Superliga. Ganó el más serio de los dos, el que tiene otro presente. Talleres es el Estudiantes de 2017, así de simple. Tiene un proyecto y se lo respalda. Apostó hace años por sus divisiones menores y los jugadores que llegan son pocos y para puestos clave.

POR UN GOLAZO SE QUEDÓ CON LAS MANOS VACÍAS

En el primer tiempo Estudiantes intentó ser prolijo en la salida desde el fondo, siempre con Jonatan Schunke y Rodrigo Braña como los abanderados. A diferencia de otros partidos, buscó tener más la pelota, para ir ganando confianza. Abusó, incluso, de los pases para el arquero y muchos toques laterales. No le dio rédito.

En esos primeros 45 minutos tuvo dos chances de gol. Al minuto, con una pelota parada desde la izquierda que casi conecta Gonzalo Jara de cabeza, ya con Mauricio Caranta lejos de la jugada. Y otra que la peleó Mariano Pavone dentro del área, se hizo un lugar y le pegó fuerte al primer palo, en donde estuvo atento y rápido Caranta para evitar el rebote, ya que por ahí andaba Sánchez.

El equipo se paró con cinco defensores, más allá que Iván Erquiaga fue más volante por izquierda que defensor. También tuvo mayor protagonismo Facundo Sánchez en comparación con otros partidos. Pero no aportaron lo que necesitaba el Pincha, ya que Braña estuvo muy errático con la pelota, Iván Gómez no regresó como antes de lesionarse y Enzo Kalinski no estuvo cómodo en una posición poco definida. Sólo el uruguayo Castro y las ganas de Pavone rompieron un molde que siempre mostró a un equipo más limitado y con menos variantes que el otro.

Talleres, aun con suplentes, dejó en claro que sabe lo que quiere y a lo que juega. Le dio mucho la pelota a Gonzalo Maroni. El ex Boca fue el conductor, pero siempre encontró a varios volantes dispuestos a asociarse, como Enzo Días, Federico Navarro y Fernando Juárez. A los 18 minutos pudo ser gol de Junior Arias y más tarde Navarro hizo revolcar a Mariano Andújar. No tuvo tantas oportunidades, pero dejó mejor imagen que Estudiantes.

En la parte final, pese a lo mostrado por sus jugadores, Leandro Benítez no hizo variantes rápidas. Apostó otra vez por los mismos once e idéntico esquema. Y a los 2 minutos, por querer salir jugando desde el fondo, le quedó una pelota a Federico Valoyes, que le pegó fuerte y a un palo. Salvó Andújar, estirándose sobre su poste izquierdo.

A los 15 minutos Leandro Benítez movió el banco. La gente vio a Gastón Fernández y se entusiasmó, más allá de que su presente no es muy positivo hace un tiempo. Junto a él, Mateo Retegui. Pero esa alegría duró lo que tardó el asistente en marcar que salían Pavone e Iván Gómez. El desencanto fue total. Y el principio del fin.

Cinco minutos más tarde, un mal rechazo del pibe Díaz le dejó la pelota y la contra a la visita. Por la derecha de la defensa apareció uno de los ingresados, Samuel Sosa, que con una tijera espectacular clavó la pelota en el ángulo de Andújar. Golazo y fin del partido, porque más allá de la búsqueda, de alguna chance desperdiciada por la Gata Fernández y Enzo Kalinski, nunca estuvo cerca de empatar. Sí pudo Talleres aumentar, pero Junior Arias canchereó y el arquero local estuvo atento para mantener la expectativa hasta el final.

Estudiantes volvió a perder. Novena derrota en 20 partidos. y un puesto 17 que no le gusta a nadie. Dos campañas flojas que lo van a condicionar. Se le vienen dos partidos de fuego: visita al puntero Racing y el clásico como local. Dos buenos resultados podrían traer algo de calma, pero para eso, primero, deberá encontrar un equilibrio y una solidez que hace rato no tiene.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE