River tuvo una noche fatal en Tucumán y el Decano no perdonó

Los ex jugadores de Estudiantes David Barbona y Javier Toledo (2) le dieron la victoria al equipo del Ruso Zielinski

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Atlético Tucumán dio la nota de la jornada. Como local aplastó 3-0 a River en la Copa de la Superliga y su clasificación a la semifinal está a sólo un paso. Uno de los principales favoritos a quedarse con esta competencia quedó con un pie y medio afuera. Fue, sin dudas, de las peores derrotas del equipo de Marcelo Gallardo.

Los goles en ese primer tiempo llegaron sobre el final. A los 34 minutos David Barbona la pensó, edificó y finalizó. Aprovechó la distracción de la marca defensiva para vulnerar a Franco Armani, tras una delicada pared con Leandro Díaz.

Tres minutos después fue Javier Toledo, otro ex Estudiantes al igual que Barbona, el encargado de marcar el segundo gol, cuando la confusión de River era notoria. Tras un córner desde la derecha, un jugador del Decano peinó en el primer palo para que el delantero se anticipara a la salida de Armani, mientras que los defensores estaban mirando para otro lado.

Atlético Tucumán ahogó a River y lo golpeó en los momentos justos. Es verdad que la visita había tenido un par de chances, pero las desaprovechó todas y el local exprimió al máximo sus mejores momentos. Por eso se fue al descanso con una importante diferencia.

Las acciones cambiaron en el segundo tiempo, ya que el Decano se retrasó para esperar agazapado en su campo para salir rápidamente de contragolpe. Comprimió sus líneas y ahogó cada intento colectivo de su rival, que intentó con Nacho Fernández y Palacios primero y luego con los ingresados De la Cruz y Matías Suárez.

“Tuvimos un par de errores en el primer tiempo. Luego nos desdibujamos. Ellos hicieron el partido perfecto”

Enzo Pérez

 

Pero no fue la noche de River, que tuvo más la pelota e intentó penetrar a la defensa local con juego asociado y mucha triangulación. Enzo Pérez quedó como único volante central, De la Cruz se recostó por izquierda y Nacho por derecha. Pero le costó demasiado romper las líneas.

Y cuando parecía que River podía llegar a marcar el gol del descuento para afrontar el partido revancha con una mejor expectativa llegó el tercer gol del Decano, con una complicidad notoria de Franco Armani. Javier Toledo, la gran figura de la noche guapeó entre los centrales de River, probó fuerte al arco y fue a buscar el rebote, que de manera increíble dio el arquero millonario, primero conteniendo la pelota pero luego dejándola a merced del goleador.

River sintió el impacto. Fue como un boxeador mareado y sin fuerzas a buscar el gol de visitante, pero claramente no era su noche. El partido terminó con el local tocando la pelota y su hinchada gritando “olé, olé, Ruso, Ruso...”, en alusión al entrenador, que armó un flor de equipo con nombres poco rutilantes pero mucho trabajo. No está en semifinales de la Copa, pero...

Para River fue un cachetazo terrible, en la previa de sus finales de la Recopa Sudamericana y cuando está por empezar a transitar el camino más difícil en la Copa Libertadores.

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