El reposo del guerrero

Una recorrida por el notable ciclo del Chapu en el León. Perlas del archivo y detalles que vale la pena recordar, a días de su despedida

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Rodrigo Braña le pondrá fin a su carrera como futbolista profesional el próximo miércoles con la tranquilidad de haber dejado siempre todo en la cancha y con la satisfacción de ser reconocido por los dos clubes en donde más jugó: Estudiantes y Quilmes. Su último encuentro será en el duelo que el conjunto pincharrata tendrá ante Sarmiento de Resistencia por los 32avos de la Copa Argentina y todo parece indicar que será titular.

La despedida del Chapu no es una más, especialmente en el mundo pincharrata, ya que marca el cierre de uno de los mejores refuerzos de últimos años. Los hinchas y el club ya le hicieron una primera despedida en el primer encuentro de la serie ante Racing, pero el miércoles en Temperley se espera otra tarde llena de emociones.

El nacido en Berazategui el 7 de marzo de 1979 comenzó su carrera profesional en 1997, cuando muchos de sus actuales compañeros de plantel no habían nacido. Desde su debut hasta la actualidad disputó 641 encuentros, vistió la camiseta de cinco equipos (incluyendo la Selección), marcó 22 goles, ascendió en una oportunidad de la B Nacional a Primera y festejó tres títulos, uno de ellos, la siempre ansiada Copa Libertadores. Un recorrido que merece muchos aplausos.

SUS PRIMEROS PASOS

Luego de incursionar en el hockey de chico, Braña se formó futbolísticamente en Quilmes (hasta Novena estuvo en Independiente) y debutó a los 18 años en 1997, aunque al año siguiente se iría a préstamo al Mallorca B de España para sumar rodaje (jugó 33 partidos en España y fue su única experiencia en el exterior).

Su segundo ciclo en el Cervecero fue de 1999-2001, aunque donde dejaría una huella sería en el tercero. En el medio se probó la camiseta de Unión de Santa Fe, en donde estuvo poco tiempo y disputó 13 partidos.

Ya de nuevo en Quilmes formó parte del equipo que ascendió en la temporada 2002/03 y que luego lograría una histórica clasificación a la Copa Libertadores.

“Mi meta es triunfar en Estudiantes”, le dijo a El Día cuando llegó al club el 21/1/05. No falló

 

SU PRIMER CICLO EN ESTUDIANTES: PIEZA CLAVE DE TRES TÍTULOS

En el verano del 2005 recaló en Estudiantes, quien invirtió 350.000 dólares por el 50% del pase, para reforzar el mediocampo. “Mi meta es triunfar en Estudiantes. Estoy muy feliz por el paso que di, es un salto importante para mi carrera”, le dijo el día que firmó su contrato a este medio.

De a poco se fue ganando un lugar en el equipo y en el corazón de los hinchas a base de sólidas actuación, mostrando todo su despliegue dentro de la cancha. Su debut con la albirroja fue el 27 de enero ante Banfield (0-0) y, el primer gol, llegaría en abril en un 3-2 ante Almagro.

En el 2006 ya tenía su lugar asegurado dentro de la cancha y, en el segundo semestre, empezó a gestar junto a Sebastián Verón un “doble cinco” que hizo historia. Aquel año ganaría su primer título, el Apertura 2006, y empezó a dejar su nombre en la historia grande de Estudiantes.

Con el correr de los partidos y los torneos se fue transformando en una pieza cada vez fundamental, siendo un pilar en las conquistar de la Copa Libertadores 2009 y el Torneo Apertura 2010. Sería uno de los pocos en estar presente en las últimas tres conquistas del Pincha.

Si bien en varios mercados de pases estuvo cerca de hice (tuvo ofertas de México, por ejemplo) su primer ciclo en León se terminó en junio del 2013 y volvió a su primer amor, Quilmes. “No puedo quedarme en Estudiantes por comodidad, tengo que estar bien para no fallar. Si no me voy a un club del exterior, le di mi palabra a Quilmes”, explicó en su momento.

CHAPU DE SELECCIÓN

Sus buenas actuaciones con la camiseta de Estudiantes le permitieron jugar para la Selección Argentina. En total disputó 9 encuentros y, el primero entrenador en convocarlo, fue Diego Armando Maradona para un par de amistosos de septiembre del 2009.

Tres años más tarde volvería a ser convocado por Alejandro Sabella, quien en el ciclo rumbo al Mundial de Brasil 2014 lo tuvo en cuenta en varias oportunidades. No fue a la Copa del Mundo, pero dio una mano en las Eliminatorias cuando el DT lo necesitó.

Sabella fue, sin dudas, un técnico que marcó a fuego a Braña, quien siempre lo llenó de elogios. “Es una admiración lo que tenemos los que fuimos dirigidos por él. Es de las personas más ricas que me ha tocado convivir”, aseguró el Chapu meses atrás.

REGRESO A QUILMES Y SEGUNDO CICLO EN EL PINCHA

Antes de regresar a Estudiantes en el segundo semestre del 2016, Braña tuvo su último ciclo en el Cervecero, en donde también es ídolo absoluto: una de las tribunas del estadio Centenario lleva su nombre (la lateral que se encuentra enfrente a la techada y las cámaras de televisión).

Dudó en volver al Pincha por miedo de no estar al ciento por ciento y defraudar pero, finalmente, decidió pegar la vuelta cuando Nelson Vivas era el entrenador. Si bien tenía competencia en su puesto (ya estaban Santiago Ascacibar e Iván Gómez en Primera), siempre aportó su granito de arena y en muchos momentos fue un jugador trascendental, más allá de su edad.

En diciembre del año pasado dudó en colgar los botines, pero decidió darse seis meses más. “Me costó tomar la decisión de seguir. Por primera vez mi familia me empujó a jugar un tiempo más”, contó en un mano a mano con este diario. La despedida, finalmente, será el próximo miércoles en Temperley.

UN FUTURO CERCA DEL FÚTBOL

Braña quiere seguir ligado al fútbol y, por eso, ya hizo el curso de entrenador. Leandro Desábato, actual entrenador de la Reserva de Estudiantes, lo espera con los brazos abiertos para que se sume a su cuerpo técnico.

 

641
partidos jugó Rodrigo Braña. La camiseta que más vistió fue la de Estudiantes, en 334 ocasiones (el miércoles podría cerrar en 335), mientras que también jugó en Quilmes (252), Mallorca B de España (33), Unión (13) y la Selección Argentina (9).

 

 

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