El Indio sorprendió con el esquema y le dio frutos

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Darío Ortiz jugó al misterio con respecto al once inicial que jugó ayer en Florencio Varela y recién lo confirmó minutos antes de que comience a rodar la pelota con varias sorpresas. La principal fue le ingreso de Matías Melluso en reemplazo de Horacio Tijanovich, dejando en el banco de los suplentes a Braian Mansilla.

Durante la semana el ex Racing parecía que iba a jugar desde el arranque, pero el entrenador albiazul finalmente se inclinó por el categoría 1998, quien el devolvió la confianza realizando un buen partido y siendo uno de los más destacados en la victoria del Lobo ante el último subcampeón del fútbol argentino.

Con esta decisión que tomó el DT, Ortíz eligió que su equipo forme con un esquema que se paró 3-5-2 para atacar y 4-4-2 a la hora de defender. La jugada le salió más que bien, ya que el equipo se mostró sólido marcando (el Halcón solamente le generó chances claras sobre el final, cuando el partido estaba 0-2 y la serie resuelta) y en ataque pudo convertir dos goles, además de generar otras jugadas de peligro.

En este esquema también hay que destacar la posición de Lucas Licht, quien fue adelantado unos metros y se movió por el sector medio. El experimentado futbolistas albiazul se sintió cómodo en la posición y mostró un juego ordenado, tanto en defensa como en ofensiva.

Ortíz fue, sin dudas, uno de los artífices de esta serie ganada por Gimnasia ante Defensa. Tanto en la ida como en la vuelta planteó muy bien el encuentro y le ganó el duelo táctico a Sebastián Beccacece, algo que se reflejó en los resultados.

 

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