Cambió la mano, y el aporte del Indio fue determinante

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Se cumplió aquella frase ligada al boxeo que da por cierto que el que pega primero pega dos veces. Claro, porque Gimnasia llegó a este cruce con Defensa y Justicia, por la Copa de la Superliga, con el antecedente de jamás haber festejado un triunfo contra el Halcón de Florencio Varela. No solamente que interrumpió esa tendencia con la victoria 1-0 en el Bosque, sino que anoche repitió al definir la serie en el Roberto (“Tito”) Tomaghello.

La racha sin triunfos quedó en la historia, y protagonista central de esta clasificación a cuartos de final ha sido Darío Hernán Ortíz, el entrenador que se hizo cargo del Lobo tras la salida de Pedro Troglio, y tras salvar al equipo del descenso y encaramarlo a octavos en la presente competencia, frente a Newell’s, en el doble encuentro eliminatorio contra Defensa mostró su mejor versión.

Desde lo táctico, en lo que tuvo que ver con el planteo de ambos partidos, el Indio se mostró por arriba de Sebastián Beccacece, y no es poco, ya que el rosarino había sorprendido al país futbolístico con la campaña realizada en el torneo oficial de Primera, que protagonizó mano a mano con Racing, durante la cual su equipo llegó a ser considerado el mejor.

 

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