El patriarca de la iglesia Siriano Ortodoxa, de paso por la Ciudad

Ignacio Aphrem II ofició una misa tradicional, bendijo un monolito que se instalará en Plaza Moreno en memoria del genocidio del 1915 y pidió por la paz en medio oriente

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Por LAURA ROMOLI

lromoli@eldia.com

Predicando el apoyo mundial a la paz en medio oriente, el patriarca de la iglesia Siriano Ortodoxa de Antioquía, Ignacio Aphrem II, visitó ayer nuestra ciudad para celebrar una misa y bendecir un monolito que será instalado en Plaza Moreno en memoria del genocidio siríaco. Lo acompañaron el obispo ortodoxo Crisóstomo Juan Gassali, el arzobispo católico, Víctor Manuel Fernández, y miembros de la comunidad siriana local.

El equivalente al Papa para los sirianos ortodoxos inició la jornada en La Plata con una ceremonia tradicional en la catedral San Pedro, de 48 entre 16 y 17, de la que participaron autoridades eclesiásticas del diálogo interreligioso y el propio monseñor Fernández.

“Luchamos porque se termine el terrorismo en medio oriente”, dijo Aphrem II

 

Aphrem dio la comunión a los feligreses, que emocionados cantaron el Padre Nuestro en arameo, el idioma de Jesús, y recordaron la persecución a los cristianos en todo el mundo, fundamentalmente el genocidio siríaco iniciado en 1915 y la violencia que actualmente padece Siria, víctima del terrorismo (ver aparte).

Se acercó al lugar medio centenar de miembros de la comunidad siriana en nuestra región, a donde, hasta mediados de 1920, llegó proveniente de aquellas tierras un importante aluvión de inmigrantes. “No soy practicante, pero sentí que debía estar hoy aquí porque mi abuelo fue perseguido y vino desde Siria a este país, a esta ciudad, donde nació mi padre y que es mi hogar”, contó una platense que en la vereda de la catedral ortodoxa esperaba para saludar al patriarca bajo la copiosa lluvia de la mañana.

Aphrem II, que días atrás fue recibido por la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y fue declarado ciudadano ilustre en la Legislatura Porteña, no escatimó un minuto para cada uno de los fieles que pidieron fotos, saludos o acercarle comentarios.

Terminada esa ceremonia, la comitiva fue recibida en el Concejo Deliberante por su presidenta, Ileana Cid, y el titular del bloque oficialista, Claudio Frangul, donde le presentaron el monolito que en pocos días será instalado en Plaza Moreno en recuerdo a los mártires del genocidio de 1915. No sólo Aphrem bendijo la placa, también lo hizo monseñor Fernández, quien lo acompañó en cada actividad.

“La siriano ortodoxa y la católica son iglesias con muchas cosas en común. Vine a felicitar en persona al patriarca por su lucha en favor de la paz y por su recuerdo de los mártires que han muerto injustamente”, dijo el prelado católico a EL DÍA y advirtió que “en muchos lugares del planeta los cristianos son perseguidos por su fe más de lo que lo fueron durante el imperio romano”.

Más tarde, Aphrem le devolvería el gesto al pedir conocer la Catedral católica, la que admiró por su belleza y comparó con la catedral de Colonia, Alemania, y donde volvió a cantar el Padre Nuestro junto a una exclusivísima comitiva emocionada.

Cerró la jornada con un almuerzo que la Asociación Siriana organizó para homenajearlo en la sede local. Con un mensaje de “alegría y paz”, se preparó luego para partir a otros destinos, a seguir pidiéndole al mundo solidaridad con el drama que sufre el pueblo de medio oriente.

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