Hay preocupación en un barrio de Ringuelet por los robos y los “ocupas”

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En los últimos meses, en una zona de Ringuelet el temor viene apoderándose de sus vecinos por la reiteración de episodios de inseguridad, tanto en viviendas como en plena vía pública.

Simultáneamente, hay quienes sospechan de que algunos de estos robos tienen directa vinculación con personas a quienes se señala por la usurpación de una de las casas, situada en la cuadra de 518 entre 6 y 7.

En este contexto, en la mañana de ayer se produjo en plena calle un ilícito, que no hizo más que ahondar la fuerte inquietud existente entre los frentistas.

Según pudo saber este diario, el incidente ocurrió en la cuadra de 518 entre 6 y 7, frente a un chalet donde un hombre dejó estacionado su auto.

“QUEDARON FILMADOS”

En relación a este ilícito, una vecina del barrio, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, le dijo a EL DIA que “por lo que se comentó por acá, hay una cámara de seguridad privada que muestra clarito a dos hombres, uno de ellos con una gorrita con visera, en el momento en que sustraen al coche”.

Agregó que las imágenes grabadas “ya las tiene la Policía”.

La mujer precisó que el auto sustraído es “un Honda Civic gris oscuro” que sería de “un hijo de una señora de 86 años que murió hace dos ó tres meses”.

La vecina aseguró que el damnificado “se había quedado a dormir en la casa donde ella vivía, porque con otros hermanos se turnan para cuidar a la vivienda”.

La misma frentista recordó después que “a esta misma casa no hace mucho le rompieron las tejas del techo”.

Aclaró en tal sentido que en esa oportunidad “sólo se trató de un acto de vandalismo, porque tengo entendido de que no se metieron a robar”.

Al parecer, tanto los autores del robo del auto cometido ayer como los vándalos que atentaron contra esa vivienda, permanecen prófugos.

LA MISMA CUADRA

En esa cuadra de 518 entre 6 y 7 todavía permanece en la memoria de sus frentistas un dramático caso de inseguridad, que alcanzó una fuerte repercusión.

Ocurrió hace exactamente dos años, cuando un adolescente de 12 años vio en peligro a su abuelo, quien era intimidado por delincuentes que lo sorprendieron cuando el jubilado se disponía a subirse a su auto estacionado en la calle.

Indignado, al observar que los ladrones le habían pegado un culatazo en la cabeza y que sus cómplices también iban a golpearlo, el chico, tomó un palo y corrió a los asaltantes, poniendo en riesgo extremo su propia vida. Sin embargo, consiguió su propósito de ponerlos en fuga.

También esa vez una cámara de seguridad registró el episodio.

 

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