Pocos segundos, la misma escena y decisiones que lo cambiaron todo
Edición Impresa | 28 de Julio de 2019 | 02:12

Por algunos segundos, cuando Andrés Omar Centurelli (20) escuchó la voz de la mujer policía que lo interceptó en 23 entre 35 y 36, a la salida de una entradera, debió haber creído que su corta carrera en el mundo del hampa estaba por culminar. Su “otra vida” se dividía en dos trabajos casuales, de changarín y albañil. Su prontuario, sin embargo, revelaría que el delito encabezaba sus actividades, al menos en el último tiempo.
Poco antes de ese encuentro relatado al comienzo, había llegado junto a su “padrastro” a bordo de una Honda Titán 150cc y, tras sorprender a uno de los moradores, se metieron a la fuerza para robar todo lo que estuviera a su alcance.
Centurelli, que había tenido a su primer hijo una semana antes del asalto, echó a correr ni bien recobró la compostura. Es probable que supiera que la agente no le dispararía por la espalda. En el inmueble quedaban una familia aterrada y, más importante para él, su cómplice.
En 2011, José Pablo Riquelme (35) fue condenado a pasar varios años tras las rejas al ser hallado culpable de intento de homicidio.
A diferencia de su “hijastro”, él no tenía que inventarse una existencia paralela. Su profesión de ladrón era conocida y pasó seis años en la cárcel de Lisandro Olmos. La Justicia le concedió la libertad asistida menos de dos semanas antes del episodio que lo tuvo como protagonista.
Riquelme escuchó el grito y debe haber sabido que al emerger de la casa se toparía con un problema. En su mano hábil llevaba una pistola 9 milímetros. Una vez estuvo afuera, observó la situación con rapidez y tomó una decisión.
Una policía perseguía a pie a un sospechoso, un joven que le saca ventaja en la carrera. Otro uniformado, compañero de ésta, aguardaba apostado en el móvil. El drama se intensificó cuando el cuarto personaje apareció en escena y se quedó parado un instante. Luego elevó uno de sus brazos, apuntó y del arma que portaba salió un proyectil que impactó desde atrás en el rostro de la mujer. Como respuesta, él mismo recibió dos disparos.
Riquelme fue detenido en el lugar. Centurelli, que consiguió huir, sería apresado días después en un galpón de 521 entre 158 y 159. Se los acusó de “robo agravado en grado de tentativa” y “homicidio agravado criminis causa en grado de tentativa”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE