Gimnasia perdona demasiado en el área contraria y lo termina lamentando en la propia
Edición Impresa | 5 de Agosto de 2019 | 03:36

Por FERNANDO ALEGRE
El Lobo perdió 1 a 0 con San Lorenzo, dentro de un partido en el que contó con varias situaciones claras y terminó haciendo de un ex, como Nicolás Navarro, una de las grandes figuras de la tarde del domingo.
Sin embargo, los dirigidos por Darío Ortiz no pueden quedarse en lamento de lo que podría haber sido y ya mismo deben mirar hacia adelante buscando mejorar, sobre todo en la definición.
Gimnasia necesita sumar sí o sí, y para hacerlo, el equipo del Indio tiene que ser más certero en cada una de las aproximaciones.
BUSCÓ DE TODAS LAS FORMAS
En la tarde de ayer, el Indio planteó un esquema flexible, que del 4-1-4-1, por momentos pasó a un 4-3-1-2, en el que García hizo las veces de enganche para alimentar tanto a Spinelli como a Tijanovich.
Así, durante un gran lapso del primer tiempo y tras un arranque con algunas dudas, Gimnasia se hizo dueño del trámite y tuvo situaciones claras para abrir el marcador.
En la memoria y en la bronca de cada uno de los hinchas Triperos quedarán el cabezazo de Spinelli que encontró el cuerpo de Navarro y otro testazo del “Caco” que también desvió el ex arquero del Lobo.
Ya en el complemento, y sin dudar, el Indio mandó rápidamente todo a la cancha, con los ingresos de Contín y Velázquez, buscando mayor presencia en el área. Y, si bien es cierto que el mens sana tuvo las suyas, no es menos cierto que nunca pudo con Navarro.
Con más impericia propia que virtud del arquero, el Lobo fue constantemente en el segundo tiempo, con la necesidad y la urgencia como banderas, pero volvió a mostrar problemas en la definición.
Las partidas de Silva, Faravelli y Hurtado se llevaron consigo gran cantidad de los goles que Gimnasia consiguió en la temporada pasada.
Ahora será trabajo del Indio y sus dirigidos ajustar la mira durante el parate y enfocarse en ser más certeros, ya que un equipo que quiere salir del fondo, no puede dejar pasar ninguna oportunidad que se le presente.
Por ahora fueron sólo dos encuentros en la actual Superliga y falta muchísimo. Sin embargo, en esos dos mencionados partidos, el Lobo pateó 28 veces, de las cuales sólo 10 fueron al arco, y de las que apenas convirtió en una. Esto resulta demasiado poco para un equipo con las urgencias de un Gimnasia que, como contrapartida, se equivocó en dos oportunidades y ambas terminaron inflando su propia red.
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