Vecinos, con susto y el temor a que regresen

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El barrio San Martín que linda con el predio de la toma de Guernica quedó conmocionado. Las sensaciones en las horas inmediatas al imponente operativo concretado por unos 4.000 mil uniformados causó un gran susto mientras resonaban todavía en sus oídos el ruido de los disparos de los efectivos y los gritos y las corridas de oleadas de personas que pasaban frente a sus hogares buscando resquicios por donde alejarse del foco de tensión.

Permanecía fresco también en la memoria y en los rostros de los vecinos, que lucían ojos rojos por el estrés de la situación de tensión pero también por haber saltado de la cama ante el sacudón de los primeros disparos, los focos de resistencias que opusieron los ocupantes para evitar el avance de los bloques policiales, que a la postre terminaron abandonando las tierras en unos pocos minutos, para moverse, y resistir, por las callecitas de tierra del barrio San Martín.

Tras el procedimiento, que para los lugareños afincados desde hace más de 20 años se reveló como algo nunca antes visto, el denominador común de los vecinos de la zona pasó por el pesar en torno a la situación que vivieron mujeres y niños que se encontraban en la toma y tuvieron que huir entre gases lacrimógenos y municiones de goma. Por otro lado, la preocupación por lo que pueda pasar a futuro con los terrenos desalojados, ya que si bien por el momento permanecen fuertemente custodiados muchos apuntaban por la posibilidad de que se retome la toma una vez que el lugar recupere la calma.

Entre tensión, susto e incertidumbre, e incluso entre apreciaciones y opiniones que dividen aguas en torno a la toma, lo cierto es que nadie en Guernica quieren revivir el terror que se vivió durante la madrugada de hoy.

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