Esta historia no solo no terminó, sino que recién está comenzando
Edición Impresa | 9 de Octubre de 2020 | 04:51

Adrián D’Amelio
adamelio@eldia.com
Hasta no hace mucho tiempo eran muy pocos los que conocían a Nadia Podoroska. Inclusive, al escuchar su apellido creían que se trataba de una extranjera. En estas tres semanas fantásticas, la “rusita” rosarina hizo mucho más que alcanzar las semifinales de Roland Garros, sino que volvió a posicionar al tenis femenino en el candelero mundial después de años de “ausencia”.
La joven polaca Iga Swiatek, de 19 años, le impidió a Nadia prolongar su sueño mágico en el complejo ubicado en Bois de Boulogne, ya que la derrotó por un holgado 6-2 y 6-1, en una de las semifinales (la otra tuvo el triunfo de la estadounidense Kenin ante Kvitova) de este atípico Roland Garros 2020 durante un otoño frío, con público limitado y protocolos sanitarios obligatorios para mitigar los efectos del coronavirus, que marcará un antes y un después en la carrera de la rosarina.
Nadia llegó a París en el puesto 131 del ranking de la WTA, pero el lunes, cuando se actualice, su nombre aparecerá en la ubicación 47 y además, el hecho de haber llegado a semifinales del Grand Slam le reportó ganancias por 420.250 euros que le permitirán asumir sus futuros compromisos mucho más desahogada desde lo económico.
Al margen de la derrota se la notó tranquila y locuaz durante la conferencia de prensa tras el partido, lo que demuestra que tiene bien puestos los pies sobre la tierra. “Disfruté y mucho estas tres semanas. Roland Garros no va a cambiar mi vida, voy a seguir siendo la misma. Mis ganas de jugar y de entrenar a una cancha serán iguales. Sí va a variar mi ranking y, gracias a eso, podré ingresar a mejores torneos”, aseguró la argentina de 23 años, en diálogo con los medios.
Podoroska también aprovechó el momento para reclamar un mayor apoyo al tenis femenino, que está por demás postergado y no puede potenciar a sus jugadoras. “Lo que más se necesita en Argentina y la región son torneos”, remarcó la rosarina, que tuvo que viajar a España en plena pandemia para poder estar más cerca de las competencias, alejada de su familia y afectos. “Sin torneos, no podemos tener el juego necesario para afrontar luego una gira en Europa para medirnos con las mejores. Tenemos que poder prepararnos bien y estar a la altura”, subrayó.
A todo esto, la jugadora entrenada por Emiliano Redondi y Juan Pablo Guzmán, paradójicamente, es muy probable que no pueda volver a competir hasta la próxima temporada. Previo a disputar la qualy en Francia, Podoroska y equipo tenían proyectado viajar a Estados Unidos para jugar dos torneos de categoría ITF W80, pero, lógicamente por una cuestión de ranking y nivel, no podrá hacerlo.
Eso sí, ojalá, que lo conseguido por Podoroska no sea en vano. Hay que seguir apoyándola y a través de ella al tenis femenino del país (algo que ya se viene haciendo desde la AAT), para que surjan muchas más que en el día de mañana tengan el mismo sueño de Nadia, con la humildad y el sacrificio de la “rusita” del barrio rosarino de Fisherton.
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