Preguntas que sobrevuelan la negociación
Edición Impresa | 1 de Febrero de 2020 | 03:42

Por JOSÉ PICÓN
Avezados analistas y especialistas en el funcionamiento de los mercados de capitales se siguen haciendo la misma pregunta desde que Axel Kicillof anunciara, allá por mediados de enero, que la Provincia no estaba en condiciones de pagar el vencimiento del bono por 250 millones de dólares. ¿Tiene algún sentido para la Provincia y como rebote para la Argentina ir a un eventual default por el no pago de una suma considerada ridículamente baja? Añaden otra inquietud: ¿Justifica eludir esa obligación colocarse en situación de cesación de pagos, una condición que podría afectar incluso la negociación que se apresta a encarar la Nación con sus propios acreedores y generar como efecto adicional que se cierre o se dificulte el acceso a créditos en pesos en el mercado local que la Provincia necesita como el agua?
En los mercados estiman que la dureza que Kicillof ensayó en la negociación con los bonistas es la que por ahora le estaría impidiendo cerrar un acuerdo. También, que el anzuelo que está ofreciendo el mandatario para intentar seducirlos, tiene enhebrada una carnada módica e insípida.
A esta altura de la discusión surge con meridiana nitidez que los bonistas reclaman un gesto más amplio del Estado provincial. Correrles los vencimientos a mayo con la sola promesa de pagarles por adelantado los intereses que devengan ese título, es una ecuación que no les cierra. Más aún cuando la mayoría de los economistas y analistas de mercado esperan que la renegociación que va a encarar la Nación no sólo incluya un reperfilamiento: también previsibles quitas. Pero en la Provincia insisten con que no pueden hacer frente a ese vencimiento. “O pagamos la deuda o pagamos los sueldos”, disparó en las últimas horas un funcionario de estrecha confianza del mandatario.
En ese punto parece trabada la negociación. Los acreedores parecen abrazados a su decisión de que, al menos, la Provincia pague antes del día 5 parte del vencimiento de 250 millones de pesos. El gobierno bonaerense está explorando alternativas en ese sentido y ya no se estaría cerrando a esa posibilidad. Habría dejado de lado la alternativa del blanco o negro: prórroga o default.
La cuestión es hasta dónde ceder y, además, de dónde saldrán los dólares para calmar las aguas. Sigue latente la idea del crédito puente que otorgaría una serie de banco privados para que el Estado provincial no caiga en cesación de pagos. También sobrevuela la meneada ayuda nacional para hacer frente al vencimiento, una alternativa que la Casa Rosada preferiría no adoptar por el temor a la catarata de pedidos similar de otros gobernadores.
El menú de opciones sería más amplio. De esa carta tendrán que elegir tanto la Provincia como los bonistas con la idea de evitar que se configure el escenario menos deseado.
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