En su vuelta al Pincha, Rojo fue preponderante en ataque y le costó atrás

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Por NICOLÁS NARDINI

nnardini@eldia.com

La vuelta de Marcos Rojo, el hijo pródigo, a Estudiantes, estuvo signada por momentos clave del desarrollo del partido que podrían haber marcado un punto de inflexión. Primero, porque estuvo a centímetros de abrir el tanteador en una de sus acciones típicas, las de un defensor que es especialista en aprovechar las sobras en el área rival tras una pelota parada. Recién se iniciaba el pleito cuando el ex Manchester se encontró con una chance propicia para sacudir la red.

Y tras el primer cuarto de hora, el flamante refuerzo pincharrata puso una pelota precisa al vacío que derivó en el penal a Ángel González. El pase fue certero, porque salteó líneas y dejó a su compañero con ventaja contra el defensor que, ya vencido en la carrera, cometió la pena capital.

Pero otra vez el destino quiso que este primer paso de Rojo en su vuelta a casa no sea en una noche redonda. Porque Gastón Fernández -se profundiza sobre el tema en varias de las páginas de esta cobertura- le pifió feo y en lugar de asegurar el remate intentó engañar a Unsain “picando” la pelota. El desenlace es harto conocido. Y el excelente pase del defensor subcampeón del mundo en Brasil 2014 quedó en un segundo plano porque la resolución de la acción no terminó con la pelota en la red.

Si de apariciones en ataque se trata, el protagonista de estas líneas tuvo otra también relevante. Fue el hombre que le sirvió el gol a Retegui, tras bajar de cabeza un centro llovido al segundo palo. Redondeó así una aceptable prestación en el plano ofensivo.

¿Qué le falta? Ritmo de juego. Resulta lógico: Rojo tuvo muy poca continuidad en los dos últimos años en los “red Devils” y esa falta de competencia, por más que sea en la mejor liga del mundo y trabajando a diario junto a uno de los mejores planteles de Europa, tiene sus consecuencias.

Nadie con un poco de conocimiento de este deporte dudaba acerca de que el correr de los partidos le permitirá al defensor internacional recuperar aquella potencia tan característica de su aguerrido juego y por un tiempo más prolongado.

Rojo sintió, con el correr de los minutos, el cansancio. Es un jugador, a no dudarlo, de probada jerarquía, pero todos necesitan de una buena condición general para rendir en la medida de lo esperado.

En el primer tiempo, las ganas le jugaron una mala pasada y al borde quedó de la expulsión. Luego se recompuso y optó, para bajar los riesgos, por una marca más posicional y ordenada, que por sus típicos arrestos con intenciones de anticipar al rival. Se sabe que para ese ítem tan valioso en un defensor, tendrá que estar muy fino físicamente.

Quien suscribe, no tiene dudas de que irá de menor a mayor.

 

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